Kaliman, el hombre increible
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09 LA SECTA DE LA MANO NEGRA


PERSONAJES[]

LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA[]

  • El Cairo, Egipto
  • el desierto egipcio
  • oasis de Hail Mail, Egipto
  • Asyut, Egipto
  • Luxor, Egipto
  • Huz Mail, Egipto
  • rio Jut Zail, Egipto
  • Qusair, Egipto

Asyut, Luxor y Qusair son poblaciones reales en Egipto; Hail Mail, Huz Mail y el río Jut Zail son ficticios.

ARGUMENTO[]

Jusaf y Amed, dos asesinos pertenecientes a la temida secta de la Mano Negra en El Cairo, Egipto, asesinan a tres hombres a plena luz del día. El capitán Farak de la policía de la ciudad se entrevista con el coronel Alexis, jefe de la policía de narcóticos, y le informa que en uno de los cadáveres encontró una nota en clave que dice que ese mismo día llegará en avión un criminal muy peligroso a El Cairo. Deciden extremar la vigilancia en el aeropuerto. Los asesinos, mientras tanto, llegan a la mansión del árabe Omar, un poderosísimo señor y jefe de la secta de la Mano Negra en la ciudad, quien les ordena ir al aeropuerto a recibir a un poderoso amigo.

Kalimán y Solín vuelan en un avión procedente de Delhi con destino a El Cairo. Otro pasajero, un anciano vestido de negro que lleva un maletín en las manos que no suelta no aparta la mirada de Kalimán, parece reconocerlo. Kalimán también lo observa y deduce que no es un anciano; si bien su cara aparenta serlo, sus manos son las de un hombre joven. Al llegar el hombre de negro nota la presencia de la policía, se escabulle hacia un rincón del aeropuerto y deja el maletín junto a una ventana. Solín intenta devolverle el maletín, pero Kalimán se lo arrebata y descubre que contiene una bomba. Corre entonces hacia la ventana y lanza el maletín al exterior, donde la bomba estalla sin causar mayores daños. En la confusión, el hombre de negro entra a Egipto sin pasar por los controles oficiales y es recibido por Jusaf y Amed, quienes lo llevan a la mansión de Omar. Kalimán intenta perseguirlo, pero solo encuentra una máscara de hule antes de ser detenido por la policía. Inicialmente Farak y Alexis se muestran agresivos con Kalimán creyendo que él fue quien trajo la bomba, pero la intervención de una de las azafatas del vuelo, Jane Faley, clarifica el malentendido; ella también vio al anciano que llevaba el maletín negro en el avión. Kalimán le entrega entonces la máscara de hule al coronel Alexis, y al fin se le permite la entrada a la ciudad.

En la mansión de Omar el hombre de negro se identifica como la Araña Negra, uno de los peores enemigos de Kalimán. Se entrevista con Omar y le dice que nadie debe ser testigo de su llegada a la ciudad, y Golo, un gigantesco nubio al servicio del árabe, atrapa a Jusaf y Amed y los desnuca. La Araña Negra informa a Omar de la presencia de Kalimán en el avión, sabe que es extremadamente peligroso. Omar llama a uno de los miembros de la secta, un lanzador de cuchillos llamado Jazum, y le ordena asesinar a Kalimán; el asesino pronto localiza a Kalimán y Solín en uno de los hoteles de la ciudad. La Araña Negra no queda convencido de que esto dará resultado, pero decide esperar, no hablará de negocios con Omar hasta que Kalimán no sea eliminado.

Alexis y Farak descubren que en Delhi no se tienen noticias del hombre de negro, un miembro de la tripulación del avión le permitió abordar ilegalmente. Ese hombre resulta ser Frank Smith, el piloto de la nave, quien espera en un cuartucho de El Cairo el pago prometido por la Araña Negra. Cuando el criminal llega, Smith lo amenaza con denunciarlo a la policía si no le paga el doble del precio convenido. La Araña Negra lo asesina de un puñetazo en la frente que le deja a Smith la marca de su anillo impregnado con un veneno mortal.

Jane Faley visita a Kalimán y le dice que fue Smith quien ayudó al hombre de negro a llegar al Cairo; no quiere avisar de esto a la policía porque no quiere causar demasiados problemas al piloto. Faley lleva a Kalimán y Solín al escondite de Smith, donde encuentran su cadáver. Examinándolo, Kalimán descubre la marca de la Araña Negra en la frente del asesinado, así descubre que el misterioso hombre de negro es en realidad la Araña Negra. El asesino Jazum los ha seguido desde su salida del hotel, y a la salida de la casucha de Smith ataca a Kalimán lanzándole un cuchillo. Kalimán logra esquivarlo y se lanza en persecución del asesino, pero decide dejarlo ir para no dejar solos a Jane Faley y Solín en ese peligroso barrio cairota. Luego de avisar al capitán Farek del asesinato, Kalimán lleva a Jane Faley a su hotel.

Omar castiga a Jazum con cincuenta latigazos por haber fallado, y luego intenta convencer a la Araña Negra de que hablen de negocios. Él se niega, primero quiere eliminar a Kalimán, pero dice que tiene un plan para hacerlo esa misma noche. Horas más tarde, la Araña Negra entra a la habitación de hotel de Jane Faley trepando por una ventana y obliga a la muchacha a llamar por teléfono a Kalimán para pedirle que vaya inmediatamente a verla; dice tener nueva información con respecto a la secta de la Mano Negra. Kalimán y Solín van al hotel de Faley y son seguidos por Farak y sus hombres, quienes los vigilan. Encuentran a Jane Faley muerta, con la marca de la Araña Negra en su frente. El asesino todavía está ahí, y sobreviene una lucha feroz entre Kalimán y su viejo enemigo. Kalimán se va imponiendo en el combate, pero cuando los hombres de Farak tocan a la puerta de la habitación, la Araña Negra aprovecha para escapar descolgándose por un fino hilo de plástico hasta la calle. Kalimán le muestra esto a Farak, y le pide que no lo siga vigilando. Cuando Farak se va, Kalimán recoge del piso una moneda de oro que cree se le cayó a la Araña Negra cuando escapaba. La reconoce como un amuleto que dan árabes acaudalados a sus huéspedes como señal de hospitalidad, pero tiene que averiguar de quién es el escudo que lleva esa moneda en particular.

Para averiguar eso, Kalimán y Solín se internan por el barrio árabe de El Cairo. En un cabaret conocen a Zulma, una bailarina de la danza de la serpiente quien le dice que la moneda tiene el escudo del árabe Omar, un acaudalado señor que vive en el barrio de Zabá-Jam. Van a visitar a Omar a su mansión, donde inicialmente se les impide el paso. Kalimán insiste en entrar y se abre paso por los jardines, donde es atacado por perros guardianes que logra sortear. Antes de tener que luchar con los guardaespaldas nubios de Omar, el mismo árabe aparece y habla con él. Kalimán le entrega el cuchillo lanzado por Jazum, diciéndole que tiene grabado su escudo. También nota que sobre una mesilla hay un cenicero con colillas de los cigarrillos negros que usa la Araña Negra, así comprueba que el asesino está ahí. Omar regala a Solín una caja de música, y los dos amigos regresan a su hotel.

Solín decide escuchar la música de la caja. Inicialmente nada sucede, pero pronto se empieza a escuchar una segunda melodía que viene de afuera: Golo, el esclavo nubio de Omar, toca una flauta y su música despierta a una peligrosa cobra que dormita en la caja. La serpiente ataca a Kalimán y a Solín, pero Kalimán logra atraparla y extraerle su veneno. El animal escapa por la ventana del hotel, y Kalimán y Solín descubren a Golo en la calle. Deciden seguirlo, y así llegan de nuevo a la mansión de Omar. Saltan la verja queriendo investigar más, pero pronto caen en una trampa de la Araña Negra, quien los atrapa en una red de hilos pegajosos y muy resistentes semejantes a una telaraña. Son llevados a los sótanos de la mansión, y allí Kalimán corta los hilos pegajosos con su daga. Siguiendo las órdenes de Kalimán, Solín hace como si estuviera tratando de forzar la cerradura del calabozo en el que están. Cuando el guardia va a ver lo que ocurre es atrapado por Kalimán y obligado a abrir la celda. Luego atacan a un segundo guardia con un dardo somnífero.

En el salón principal de la mansión, Omar y la Araña Negra hablan de negocios. La secta ha contratado a la Araña Negra para que lleve un cuantioso cargamento de narcóticos a través del desierto egipcio hasta la ciudad de Luxor, donde recibirá nuevas órdenes. Son sorprendidos por Kalimán, quien ha oío la conversación. En la lucha que sobreviene Kalimán empieza llevando las de ganar contra la Araña Negra y Omar, pero eventualmente Golo interviene y lanza un bumerang que le hace perder el sentido. Solín también es capturado por el gigante nubio. La Araña Negra los quiere asesinar ahí mismo, pero Omar no quiere tener huellas de asesinatos en su mansión, y arregla para que Kalimán y Solín sean llevados por Golo a donde un mercader de esclavos, Zabe, para que los lleve al desierto y los mate allí. Al otro día, la Araña Negra sale en camino hacia Luxor, llevando los narcóticos camuflados en sacos de trigo.

En el mercado de esclavos, Zabe roba la esmeralda y la daga de Kalimán, quien sigue inconsciente. Luego, pone a pelear a Solín contra un muchacho mongol, y el niño sale vencedor utilizando las enseñanzas de Kalimán. Impresionado por el físico de Kalimán y la habilidad para pelear de Solín, Zabe decide vender sus dos esclavos en lugar de asesinarlos. El comprador es un rico sultán que lleva a Kalimán y a Solín junto a muchos otros esclavos a través del desierto a su palacio. En un oasis donde acampan, Kalimán rompe sus ligaduras, ataca a los guardias del sultán, y libera a todos los esclavos, quienes roban y queman la propiedad del sultán. En la confusión, Kalimán y Solín regresan a la ciudad a caballo y visitan a Zabe, de quien Kalimán recupera su esmeralda, su daga y su casaca blanca; luego lo deja escapar sabiendo que tendrá que vérselas con Omar. Efectivamente, cuando el árabe se entera que Kalimán escapó le ordena a Golo que asesine a Zabe.

Esa misma mañana, Kalimán se entrevista con el coronel Alexis y le informa que la Araña Negra ha partido hacia el sur con su cargamento de narcóticos. Guía a la policía a la mansión de Omar donde se procede a una requisa, pero no encuentran nada sospechoso y tienen que dejar en libertad a Omar. El árabe, sin embargo, decide dar alcance a la caravana de la Araña Negra para decirle que Kalimán vive y sigue su rastro. Kalimán no sabe como proseguir su investigación, la Araña Negra partió hace dos días y no está seguro en qué dirección exactamente. Sin embargo, a la salida de la mansión de Omar se encuentra con Zulma, la bailarina a quien conociera días antes, quien le dice que ella puede guiarlo por la ruta que siguió la Araña Negra. Según ella es la hija de uno de los socios de Omar, a quien el árabe traicionó para dedicarse al narcotráfico; dice odiar a Omar.

De camino por el desierto los tres jinetes (Kalimán, Solín y Zulma) tienen que afrontar un simún, una tormenta de arena que se lleva sus víveres y su agua, y así son obligados a desviarse al oasis de Hail-Mail, que Kalimán dice es tiera de bereberes. Esa noche llegan al oasis y pueden comer y beber a sus anchas, pero son atacados por un grupo de bereberes. Zulma y Solín son capturados inicialmente, pero Kalimán logra rescatarlos y los tres reanudan el camino hacia el sur, hacia un campamento que Zulma dice es de gente de su raza. Allí son aparentemente bienvenidos, pero Zulma resulta ser una traidora: lleva consigo un fuerte narcótico que disuelve en las bebidas de Kalimán y Solín, quienes pierden el sentido y caen prisioneros del árabe Omar, el jefe del campamento.

Al amanecer, Kalimán y Solín despiertan atados a postes de sacrificios. Omar amaga matarlos a flechazos, pero lo que quiere es divertirse viendo morir a sus prisioneros. Ata cuatro caballos con cadenas a los brazos y las piernas de Kalimán para destazarlo, pero las cadenas se rompen antes que el cuerpo de Kalimán. Luego ordena a Golo que luche contra él. El gigante nubio es vencido, pero Kalimán es golpeado a traición con un leño por otro miembro de la secta. Furioso, Golo quiere matar a Kalimán ahí mismo, pero Omar decide que quemarlo vivo será más divertido. Para salvarse Kalimán decide hacer un experimento de actus mortis. Zulma se acerca a su cuerpo y descubre que está aparentemente muerto. Desilusionado por no poder continuar con su diversión, Omar ordena a la caravana dejar a Kalimán y a Solín en el desierto y partir siguiendo el rastro de la Araña Negra. Cuando Kalimán despierta se pone en camino tras sus enemigos.

Cerca de la población egipcia de Asyut un destacamento policial movilizándose en helicóptero localiza la caravana de la Araña Negra y decide detenerla. Cuando los policías aterrizan sobreviene una terrible batalla en la que los hombres de la secta de la Mano Negra acribillan a los policías con ametralladoras. Solo quedan cadáveres y ruinas humeantes del helicóptero esparcidas por el desierto.

En su camino hacia el sur, Kalimán encuentra una mujer amenazada por una banda de mandriles. Usando su habilidad para comunicarse con las fieras habla con el jefe de los mandriles y es retado a una pelea a muerte de la que sale vencedor, convirtiéndose en el jefe de la banda de animales. La mujer dice llamarse Jul-Jak y resulta ser una princesa etíope a la que hombres blancos secuestraron en su patria para venderla como esclava. Sus guerreros etíopes eventualmente la encontraron y mataron a los traficantes de esclavos, pero en el camino de regreso a Etiopía fueron atacados por los mandriles, quienes acabaron con todos sus hombres. Los mandriles, ahora liderados por Kalimán, lo llevan a él, a Solín y a Jul-Jak a un oasis donde pueden comer y beber a sus anchas. Esa noche Jul-Jak, muy agradecida, huye para proseguir el camino a su patria sin hacer desviar a Kalimán. El jefe mandril provee a Kalimán de alimentos, y este le regresa el poder sobre su banda. Kalimán y Solín prosiguen su camino, encontrando cerca a Asyut los restos del destacamento policial destruído por la Araña Negra.

La caravana de la Araña Negra llega mientras tanto al poblado de Asyut a orillas del río Nilo, seguida algunas horas después por la del árabe Omar y Zulma. Los criminales se encuentran, y Omar le dice a la Araña Negra que aunque Kalimán sobrevivió a sus ataques en El Cairo, murió en el desierto. Zulma resulta ser la compañera sentimental de la Araña Negra. Poco tiempo después, también Kalimán y Solín llegan a Asyut. Mientras Kalimán localiza la guarida de los criminales, Solín busca algo para comer, pero es descubierto por Zulma quien pronto da la voz de alarma. Solín es hecho prisionero y la Araña Negra obliga a Kalimán a entregarse también amenazando de muerte al niño. Los malhechores los llevan a unas ruinas egipcias en el desierto, donde los obligan a saltar a una antigua trampa egipcia. Luego colocan una pesada lápida tachonada con gigantescas púas sobre ellos. La fuerza de Kalimán les da tiempo a él y a Solín de acomodar sus cuerpos entre las púas y no ser heridos, pero quedan atrapados con poquísimo aire. Los criminales celebran su muerte, y Omar decide continuar el viaje hasta Luxor acompañando a la Araña Negra y Zulma. Kalimán, mientras tanto, logra escapar de la tumba egipcia escarbando debajo de la misma y haciendo un túnel hasta el exterior; luego vuelve a tapar el agujero por el que ha salido para que nadie se entere de su fuga. Regresa a la guarida de los malhechores, y ante un Omar completamente borracho se hace pasar por un espíritu vengador. Omar da la voz de alarma, pero al no encontrar nada la Araña Negra simplemente asume que Omar está bebido.

Kalimán y Solín se disfrazan y se unen a la caravana de la Araña Negra, y pronto descubren que los narcóticos están escondidos en sacos de trigo. Al anochecer la caravana llega a un sitio llamado el Paso de la Muerte, un puente de madera sobre un profundo abismo. La Araña Negra decide acampar antes de cruzar el puente; ha anochecido y es peligroso cruzar de noche. Kalimán vuelve a presentarse ante Omar, quien queda convencido que está siendo perseguido por un espectro. Luego derrumba el puente, pero es descubierto por un guardia de la caravana. Kalimán logra escapar hipnotizando al guardia, pero cuando la Araña Negra investiga lo ocurrido testigos lo hacen pensar que Kalimán y Solín están vivos y que Kalimán derrumbó el puente. Se organiza entonces una inspección a fondo del campamento. Solín se oculta en una tinaja de barro, y Kalimán modifica su rostro de manera que parece un anciano; así engaña a la Araña Negra y al resto de los criminales, quienes no logran encontrarlos.

Al otro día la caravana es obligada a bordear el abismo y cruzarlo en otro sitio, alargando substancialmente el tiempo de viaje a Luxor. Durante la jornada, Kalimán se acerca a los camellos que llevan las provisiones de agua y con un cuchillo rasga los recipientes que la contienen. La Araña Negra, precavido, siempre lleva un recipiente de agua en su propio caballo y nunca llega a estar en peligro de muerte, pero el resto de la caravana sí se encuentra de pronto en graves problemas. Kalimán, ocultando su identidad, se presenta a los jefes de la expedición y ofrece llevarlos a un oasis pero exigiendo que se le entreguen los narcóticos como pago; Omar accede pues piensa matar al guía después de que los lleve al oasis. Cuando los malhechores han entregado los narcóticos, Kalimán revela su identidad y anuncia que todos serán entregados a las autoridades. A pesar de la amenaza de quedar sin agua en el desierto Golo ataca a Kalimán con su bumerang y Kalimán cae sin sentido. La Araña Negra aprovecha la oportunidad para montar en su caballo y huir con los narcóticos dejando al resto de la caravana, incluídos Omar y Zulma, abandonados a su suerte. Kalimán recupera el conocimiento y viendo a la Araña Negra huyendo monta con Solín en otro caballo y sale en su persecución. La Araña Negra, viéndose perseguido, baja del caballo y dispara con un rifle de alta precisión contra Kalimán hiriéndolo gravemente y matando a su caballo; luego continúa su escape. Mientras tanto, el capitán Farak ha descubierto los restos de la patrulla policial acribillada en las afueras de Asyut, y se dirige a Luxor para esperar allí la caravana.

Kalimán le entrega su daga a Solín y le pide que saque la bala de su pecho, él mismo usa control mental para disminuir la pérdida de sangre. Solín logra extraer la bala y vendar la herida, pero Kalimán pierde el sentido por el esfuerzo. En el sitio donde están Omar y Zulma, la mayoría de los miembros de la caravana se alejan cada uno por su cuenta intentando sobrevivir. Golo permanece tranquilo, y lleva a Omar y a Zulma a un lugar del desierto a dos horas de donde estaban donde hace sonar un caracol que lleva en su equipaje. Gigantes nubios de la raza de Golo llegan al cabo de algunas hora y los rescatan dándoles comida y bebida. Ya recuperados, Omar, Zulma y Golo se lanzan en persecución de la Araña Negra, inicialmente acompañados por varios gigantes nubios. Lo mismo hace Kalimán una vez que recupera el sentido, pero a pie, sin agua y muy debilitado por la pérdida de sangre pronto vuelve a desmayarse, y él y Solín quedan a merced de las arenas del desierto.

Cuando Kalimán y Solín despiertan se encuentran a merced de Omar y Zulma quienes lo han encontrado, y Omar decide regalarlos a los gigantes nubios en agradecimiento por su ayuda. Mientras Omar, Zulma y Golo continúan hacia Luxor, Kalimán y Solín son llevados a una aldea nubia en lo alto de un risco del desierto. Bajo amenaza de muerte son obligados a saltar a un precipicio, como ofrenda a uno de los dioses nubios. Kalimán se aferra a una roca para no caer, y alcanza a agarrar a Solín de una pierna. Luego balancea a Solín y lo lanza hacia arriba, y el muchacho consigue llegar hasta el borde del risco. Kalimán pronto lo alcanza, y llegan hasta la aldea, donde los gigantes nubios oran a su dios pagano. Usando ventriloquía, Kalimán hace creer a los nubios que su dios se ríe a carcajadas, y durante el desconcierto huye con Solín. Encuentran el nido de un buitre gigante, y escapan asiéndose a las patas del buitre y dejando que el ave los lleve a otro sitio del desierto.

Eventualmente se dejan caer, y se encuentran entonces perdidos de nuevo en el desierto, sin agua ni alimentos. Después de varias horas de caminata, Solín es vencido por el hambre, la sed y el cansancio. Kalimán lo hipnotiza y le ordena sentirse bien, y así el niño consigue seguir caminando por algún tiempo más. Sin embargo el hipnotismo no contrarresta el agotamiento real del cuerpo de Solín, y Kalimán está consciente de que en algún momento Solín caerá muerto de fatiga. Llegada la noche, Kalimán y Solín se encuentran aún lejos de Luxor. De pronto, Kalimán cae en un campo de arenas movedizas. No logra encontrar ninguna manera de escapar, mientras que Solín, hipnotizado, lo mira impávido. Antes que dejar a Solín hipnotizado en medio del desierto sin posibilidad de salvación, Kalimán prefiere que muera con él, y así le ordena que se aproxime, el niño cae entonces también en el campo de arenas movedizas. Estando a punto de morir son rescatados por la princesa etíope Jul-Jak, quien ha encontrado a algunos de sus guerreros; vieron volar a Kalimán y Solín llevados por el buitre gigante y han estado siguiéndolos pensando que tal vez podrían necesitar su ayuda. Jul-Jak da alimento a Kalimán y Solín, y esa noche le ofrece a Kalimán su reino si accede a casarse con ella. Kalimán no puede aceptar, pues debe capturar a los criminales, y así al otro día Jul-Jak y él se despiden definitivamente.

Mientras tanto la Araña Negra llega a Luxor y busca alojamiento en un hotel. El hospedero, un miembro de la Mano Negra, lo reconoce por su característico atuendo, y poco después un asesino llamado Albar entra a su habitación e intenta apuñalarlo en su cama. La Araña Negra, sin embargo, siempre es extremadamente cuidadoso y no dormía en la cama; atrapa a Albar y lo obliga a confesar que la secta de la Mano Negra ordenó su ejecución. Asumiendo que el jefe de la secta en Luxor quiere robarle los narcóticos, la Araña Negra ordena a Albar que le diga a su jefe que si quiere los narcóticos tendrá que pagar por ellos. Poco después, Albar se presenta ante el jefe de la secta de la Mano Negra en Luxor, un hombre llamado Zabe, quien decide hacerle sentir a la Araña Negra el poder de la secta y concerta una cita con la Araña Negra en el antiguo templo egipcio de Karnak lanzando un puñal con un mensaje a su habitación.

La Araña Negra llega al lugar de la cita y se interna en el templo. Encuentra a Zabe sentado en un trono, y este le pregunta si ha traído los narcóticos. La Araña Negra responde afirmativamente e intenta negociar con él, pero Zabe le pregunta sobre la suerte de Omar y Zulma. La Araña Negra responde que intentaron traicionarlo y que murieron en el desierto. De pronto, las luces del templo se encienden y la Araña Negra descubre a Omar y a Zulma, quienes furiosos lo acusan de traición. Alrededor de ellos hay decenas de pistoleros armados, miembros todos de la secta de la Mano Negra. Se inicia una feroz batalla entre la Araña Negra y los miembros de la Mano Negra; la Araña Negra usa sus finos hilos de nylon para suspenderse del techo del templo y perderse en las sombras, mientras los pistoleros disparan enloquecidos. Kalimán y Solín llegan entonces a Luxor y escuchan los disparos.

La Araña Negra usa todos sus trucos para intentar escapar, incluyendo redes pegajosas, lucha cuerpo a cuerpo, etc., pero eventualmente es vencido por un golpe del bumerang del gigante nubio Golo. Zabe y Omar requisan sus ropas y encuentran saquillos como los que llevaban los narcóticos. Zulma propone revisar el contenido de los saquillos, pues sabe que la Araña Negra es muy astuto, y resulta que estos contienen gases asfixiantes, no narcóticos. En la confusión, la Araña Negra se libra de sus captores e intenta escapar, pero a la entrada del templo se encuentra sorpresivamente con Kalimán, quien pronto lo captura. Solín espanta el caballo de la Araña Negra, y los miembros de la secta de la Mano Negra piensan que el criminal va ahí. Escondido con Kalimán entre las sombras, la Araña Negra no tiene interés en delatarse, prefiere ser prisionero de Kalimán a ser muerto por los miembros de la secta. Zabe, Zulma, Omar y los demás miembros de la Mano Negra montan en vehículos y se lanzan en persecución del caballo, mientras que Kalimán, Solín y la Araña Negra se dirigen a una mezquita abandonada.

Kalimán ata manos y pies de la Araña Negra, y Solín descubre los narcóticos escondidos en el sombrero del criminal. Luego, Kalimán despoja a la Araña Negra de su capa negra y de su sombrero y lo ataca con un dardo somnífero. Deja a Solín vigilando, y él mismo se lleva los narcóticos para capturar a los criminales haciéndose pasar por la Araña Negra. Kalimán logra localizar la guarida de Zabe, Zulma y Omar, y lanza una piedra por su ventana con un mensaje firmado por la Araña Negra citándolos a que negocien por los narcóticos en un antiguo templo egipcio en las afueras de la ciudad. Kalimán llega allí primero, se sitúa en un sitio oscuro y pone los narcóticos a la vista de los delincuentes. Omar planea asesinar a la Araña Negra una vez que le venda los narcóticos, y así no tiene objeción en pagar a Kalimán una fuerte suma de dinero que sabe pronto recuperará. Pero cuando los criminales se acercan a recoger los narcóticos el suelo se abre bajo sus pies, y los tres malhechores y los narcóticos caen a una antigua trampa egipcia.

El dardo somnífero de Kalimán nunca llegó a tocar la piel de la Araña Negra, quien siempre lleva un chaleco contra balas. Aprovechando un descuido de Solín, el criminal se libera de sus ataduras, hace prisionero al niño y se dirige al templo donde están Kalimán y los otros malhechores. Se encuentra con Kalimán, y amenazando con dar muerte a Solín logra apuñalar a su eterno enemigo, quien cae a tierra malherido. Desde el foso Zabe grita a la Araña Negra que los cientos de hombres de la secta que hay diseminados por todo Egipto intentarán matarlo, y que si los saca a él y a sus cómplices del foso la secta anulará esa orden. La Araña Negra acepta, saca a Zabe, Zulma y Omar del foso y lanza a él a Kalimán y a Solín. Luego, aparentemente reconciliados, los cuatro criminales regresan a Luxor.

Kalimán recupera el sentido en el foso, y por medio de concentración mental disminuye la hemorragia de su herida, que afortunadamente ha resultado ser superficial. Desenreda su turbante y ata su esmeralda a un extremo, y luego lanza la joya a una de las grietas entre las piedras que forman el borde del foso; así logra trepar y salir del foso. A la salida del templo se encuentra con el inspector Farak, quien por fin ha localizado a los criminales. Kalimán le informa de lo sucedido, y le dice dónde encontrar a los cuatro criminales, Farak asegura que si tienen los narcóticos con ellos esto será prueba suficiente para encarcelarlos por muchos años. Kalimán guía a Farak a la guarida de la Mano Negra en Luxor, y se procede a una requisa sorpresiva. La policía captura a Zabe, Omar y Zulma, pero la Araña Negra logra escapar y con un mensaje reta a Kalimán a regresar a las ruinas y a enfrentarse a él allí.

En el antiguo templo egipcio la Araña Negra prepara una trampa: arma un monigote con su capa y su sombrero en el que esconde una bomba, y cuando Kalimán y Solín se acercan causa una explosión. Kalimán y Solín quedan sin sentido, pero cuando la Araña Negra va a matar a su odiado enemigo los policías de Farak, que habían seguido a Kalimán, disparan contra él. Los disparos hacen que las ruinas del templo se derrumben. Farak y sus hombres rescatan a Kalimán y Solín, pero pierden el rastro de la Araña Negra, quien aparentemente ha quedado sepultado en las ruinas del templo.

Zabe, mientras tanto, ha escondido los narcóticos en un sitio que sólo él conoce, y la búsqueda de la policía es infructuosa. Cuando Kalimán recupera el sentido intenta hipnotizar a Omar para que revele donde están, pero no obtiene respuesta, el mismo Omar no lo sabe. Sin pruebas, Farak tiene que dejar ir a los miembros de la secta y regresa derrotado a El Cairo. Los criminales se ponen de camino hacia la costa del Mar Rojo, y Kalimán decide seguirlos y vigilarlos, sabe que eventualmente revelarán dónde llevan escondidos los narcóticos. Zabe, Zulma y Omar tienen todas las intenciones de traicionarse los unos a los otros y de quedarse con todo el envío, y mientras cruzan el río Nilo en balsas Zabe finge tropezar y hace caer a Omar al agua; es una zona infestada de cocodrilos y Omar no sabe nadar, y por un momento se ve en peligro de muerte. Sin embargo es rescatado por su fiel esclavo Golo, quien lleva a su amo hasta la orilla. Zabe pide mil excusas, pero Omar ya desconfía de él.

Kalimán y Solín cabalgan toda la noche, y al despuntar el día deciden descansar. Mientras duermen son atacados por cazadores de esclavos, quienes los capturan y los llevan a un mercado de esclavos donde son comprados por la Araña Negra, quien ha sobrevivido el derrumbe del templo egipcio. Mete a sus prisioneros en jaulas cubiertas con púas cubiertas con un potente veneno, y los lleva a un pueblo donde decide ahogar a Kalimán en un pozo. Dentro de su jaula, Kalimán es introducido al pozo y sumergido en el agua por períodos de tiempo cada vez más largos. Eventualmente pierde el sentido, pero la Araña Negra decide dejarlo vivir, su mayor placer es atormentarlo y no quiere matarlo mientras esté sin sentido.

En el campamento de los contrabandistas, Zulma hace notar a Omar un cofrecillo entre las pertenencias de Zabe. Luego baila alrededor de la hoguera distrayendo a Zabe, y Omar decide robar el artefacto pensando que ahí lleva Zabe los narcóticos. En el cofrecillo se esconde una cobra, y Omar es mordido por la serpiente. Su esclavo Golo vuelve a salvarle la vida, hace un corte en su brazo y extrae el veneno. Omar queda enfermo, pero sobrevive el ataque que resulta haber sido planeado por Zabe y Zulma, quienes aparentemente se han aliado contra el árabe.

Cuando Kalimán recupera el sentido, la Araña Negra decide recuperar el dinero que pagó por él haciéndolo pelear contra fieras en una arena de circo. Contacta a un mercader de fieras y le apuesta que Kalimán ganará; si Kalimán se rehusa a pelear la Araña Negra matará a Solín. En la arena Kalimán puede por fin salir de la jaula y pelea contra un león hambriento. Logra vencerlo pero se rehusa a matarlo, y el león se convierte en un aliado. Después de la pelea, la Araña Negra obliga a Kalimán regresar a su jaula amenazando a Solín. El mercader de fieras pierde mucho dinero, pero descubre que Kalimán puede ser una mina de oro y decide robarlo. Esa noche los secuaces del mercader atacan a traición a la Araña Negra y se llevan las jaulas donde están Kalimán y Solín. Cuando llegan a la guarida del mercader, Kalimán hace como si hubiera quedado herido por el león y estuviera a punto de morir. El mercader abre su jaula para examinarlo y Kalimán lo ataca y se libera. Luego abre la jaula de Solín y la del león amigo, y todos logran huir. Kalimán intenta regresar a la guarida de la Araña Negra a atraparlo, pero el criminal ha recuperado el conocimiento y dispara contra Kalimán. El león se interpone en el trayecto de una bala dirigida a Kalimán y es herido de muerte, la Araña Negra logra escapar.

Mientras tanto, la caravana de la Mano Negra se aproxima al poblado de Huz-Mail. Omar quiere acabar con Zabe, pero no sabe donde lleva éste los narcóticos. A pesar de esto se decide a actuar, y ordena a Golo que se escabulla hasta el poblado antes que la caravana y organize un ataque contra Zabe. El ataque es exitoso, y Zabe es hecho prisionero; Zulma se pone de la parte del ganador, Omar. El árabe cuelga a Zabe de los pies y lo tortura para obligarlo a decir dónde están los narcóticos, sin éxito. Cuando Zabe está a punto de morir, Zulma interviene y le aconseja a Omar que no lo mate, si Zabe muere nunca sabrán dónde están los narcóticos. Omar deja a Zabe colgado esa noche, y Zulma pasa muchas horas emborrachando al árabe Omar y a sus guardias. Cuando todos duermen, Zulma se acerca a Zabe y le propone que lo librará del tormento si comparte con ella los narcóticos. Zabe accede, y Zulma lo descuelga. Luego roban un par de camellos y un caballo y escapan hacia el desierto. Cuando están a prudente distancia del campamento de Omar, Zabe toma un cuchillo y mata los dos camellos, les abre los estómagos y saca de allí los saquillos que contienen los narcóticos. Zulma está muy impresionada de la astucia de Zabe, pero en un momento de descuido es apuñalada a traición. Zulma queda herida de muerte, pero alcanza a sacar una pistola que lleva entre sus ropas y a disparar contra Zabe, hiriéndolo en un brazo. Zulma muere, y Zabe, malherido y a caballo, se dirige hacia un oasis en una cabalgata que dura varias horas. Ahí lo esperan Omar y Golo, quienes saben que ese es el único oasis en muchos cientos de kilómetros a la redonda. Golo atrapa a Zabe y lo tortura hundiendo su cabeza en las aguas del manantial del oasis para que diga por fin dónde están los narcóticos. Zabe termina confesando que los lleva en la montura de su caballo, Omar se cerciora de eso y luego ordena a Golo acabar con su antiguo cómplice. El gigante nubio obedece, y Zabe es ahogado en las aguas del manantial del oasis. Omar y Golo continúan su camino hacia Quseir, en la costa del Mar Rojo, y algunas horas después Kalimán y Solín llegan al oasis, donde descubren el cadáver de Zabe. Le dan sepultura y continúan en persecución de Omar y la Araña Negra.

Kalimán y Solín dan alcance a Omar y a Golo en un puente colgante sobre un abismo. Cuando los criminales están a la mitad del puente, Kalimán amaga con cortar las amarras de la estructura y hacerlos caer al vacío. Como condición para no matarlos les exige que tiren todas sus armas al vacío, incluyendo el bumerang de Golo y varios cuchillos y pistolas; a partir de ahora serán sus prisioneros. Omar y Golo acceden, pero al llegar a la orilla opuesta del abismo cortan ellos las amarras del puente y Kalimán y Solín que los seguían se precipitan al vacío. Kalimán logra asir una cuerda del puente y agarra a Solín de un pie. El niño se monta a sus espaldas y los dos trepan el risco. Omar y Golo no tienen tiempo de escapar, y sobreviene una lucha mano a mano entre Kalimán y Golo en la que el árabe Omar intenta varias veces intervenir. Eventualmente Kalimán vence a Golo y Solín vence a Omar a punta de pedradas lanzadas con su honda. Los narcóticos están en el bolso de Omar. Kalimán y Solín atan a los prisioneros para llevarlos a Quseir y entregarlos a la policía; Solín queda encargado de llevar los narcóticos. En un momento de descuido, Kalimán oye a Omar hablando con Golo acerca del comprador al que iban a vender los narcóticos en Quseir, un hombre llamado el Loco Rojo.

La Araña Negra, mientras tanto, ha llegado a unas cuevas cerca del poblado de Quseir donde habita una bruja muy famosa en Egipto, Sara, a la que la Araña Negra le paga para que le ayude a atrapar a Kalimán. Sara pone en práctica su brujería y se convierte en una hermosa mujer; luego espera a que Kalimán llegue a cruzar el río Jut-Zail, paso obligado en su camino hacia el Mar Rojo. Cuando Kalimán, Solín y sus dos prisioneros llegan al río, Kalimán construye una balsa para cruzarlo. Sara hace como si se estuviera ahogando, y Kalimán la salva. Aparentemente agradecida, Sara invita a Kalimán y a Solín a su hogar en las cuevas y les ofrece comida y un sitio donde dormir; Kalimán acepta y lleva a sus dos prisioneros consigo. En las cuevas Sara ofrece a Kalimán una bebida, pero este nota que contiene mandrágora, una planta utilizada en hechicería, y así no bebe sino un sorbo de la pócima, botando el resto. Mientras tanto, Solín lleva comida y bebida a Omar y Golo, pero cuando llega ante ellos es atacado por la Araña Negra quien le quita los narcóticos. Solín logra escapar y avisar a Kalimán de la presencia de la Araña Negra, pero cuando este va a actuar siente los efectos de la pócima de Sara que lo deja ciego y extremadamente débil. La Araña Negra lo vence fácilmente, y Sara recupera su repulsivo aspecto natural y revela el engaño; ahora quiere que Kalimán se convierta en su esclavo hasta el final de sus días. Omar convence a la Araña Negra de que los libere a él y a Golo, dice que a la Araña Negra no le será fácil encontrar un comprador para los narcóticos en Quseir, mientras que él, Omar, ya tiene la venta preparada. Así Omar y la Araña Negra vuelven a ser socios y prosiguen su camino, dejando a Kalimán aparentemente vencido en manos de Sara.

Esa noche Kalimán escapa de la cueva de Sara y le revela a Solín que nunca ha perdido ni la fuerza ni la vista; ha dejado escapar a los criminales porque también quiere atrapar al comprador de los narcóticos en Quseir. Sin embargo antes de proseguir decide ajustar cuentas con la bruja Sara y así regresa a la cueva y se enfrenta a ella. La bruja golpea inicialmente a Kalimán pensando que ciego y debilitado él no podrá defenderse, mucha es su sorpresa cuando descubre que Kalimán sí puede hacerle frente. Lanza entonces hechizos y sortilegios contra Kalimán, pero este descubre que su cerebro es más poderoso que los trucos de la bruja. Humillada y derrotada, Sara intenta escapar, pero en su huida tropieza en una piedra floja y cae de cabeza a un abismo a su muerte.

La Araña Negra, Omar y Golo utilizan la balsa que construyera Kalimán para cruzar el río Jut-Zail, y cuando minutos más tarde Kalimán y Solín llegan ahí deciden cruzar el río a nado. Kalimán revela entonces a su amigo que los tubos de narcótico que le entregó para que vigilara, los mismos que robó la Araña Negra, no contienen narcótico sino arena; los verdaderos tubos de narcótico todavía están en poder de Kalimán. Su plan es ir a marchas forzadas a Quseir para llegar antes que los criminales y poder así engañar al comprador de la mercancía, el Loco Rojo.

El Loco Rojo es un despiadado asesino, jefe de la secta de la Mano Negra en la costa del Mar Rojo. Está esperando a Omar en Quseir pero desde hace tiempo no ha tenido noticias suyas. Kalimán y Solín logran su propósito de llegar antes que Omar y la Araña Negra al poblado, y Kalimán se registra bajo el nombre de Omar en un hotel de mala muerte. Un miembro de la secta lo descubre y sube a su habitación a amenazar al supuesto Omar; Kalimán le da una paliza y le dice que le avise al Loco Rojo que trae una valiosa mercancía, pero que si la quiere tendrá que venir él mismo por ella. Cuando el Loco Rojo se entera, ordena a un grupo de matones ir por el supuesto Omar y llevarlo a su presencia. Los matones irrumpen en el hotelucho, pero al enterarse de que va a ser llevado ante el Loco Rojo Kalimán deja de ofrecer resistencia, aunque insiste en que Solín los acompañe. En su oficina, el Loco Rojo descubre inmediatamente que quien está ante él no es Omar. Kalimán dice llamarse Zabe y asegura traer un valioso cargamento de narcóticos. Le dice al Loco Rojo que mintió acerca de su identidad porque ese ere el modo más rápido de ser llevado a su presencia. Luego le dice que tenga cuidado con el verdadero Omar, quien efectivamente viene en camino, pues intentará engañarlo con tubos que contienen arena, no narcótico. El Loco Rojo intenta asesinar a Kalimán, pero este lo desarma fácilmente y dobla el precio del narcótico. El Loco Rojo decide dejarlo vivir hasta que lleve a sus hombres a donde tiene el narcótico, pero una vez allí sus matones deberán matarlo. Kalimán se da cuenta de que es seguido, y en los muelles da una paliza a los miembros de la secta de la Mano Negra que lo seguían, el Loco Rojo se queda sin saber dónde están los narcóticos.

Mientras tanto, la Araña Negra, Omar y Golo han llegado a Quseir. Lo primero que hace Omar es ir a la oficina del Loco Rojo y ofrecerle el cargamento de narcóticos. El Loco Rojo, advertido por Kalimán, insiste en comprobar el contenido de los recipientes que Omar le ofrece y descubre que efectivamente están llenos de arena. Furioso, revela a Omar que su cómplice Zabe le advirtió de su traición y ordena a los miembros de la secta que asesinen a la Araña Negra, Omar y Golo. La Araña Negra interviene y sugiere ir a buscar al supuesto Zabe, sabe que el verdadero Zabe fue muerto en el desierto, así que quien se está haciendo pasar por él no puede ser sino un impostor. El Loco Rojo accede.

Kalimán y Solín se han refugiado en un barco anclado en los muelles de Quseir, y pronto son descubiertos por los miembros de la secta de la Mano Negra. Kalimán ordena a Solín burlar nadando la vigilancia de los miembros de la secta y entregar un mensaje al jefe de la policía de la ciudad de Quseir. Poco después, el Loco Rojo, la Araña Negra, Omar y Golo abordan el barco donde está Kalimán buscando al supuesto Zabe. Kalimán suelta las amarras del barco que deriva hacia mar abierto y luego de unos minutos revela su identidad a los delincuentes. Sobreviene una pelea en la que una lámpara de aceite cae al suelo y desata un incendio en el barco. En el tiroteo, Golo es alcanzado por una bala disparada por el Loco Rojo y muere en el acto. Solín, mientras tanto, ha avisado a la policía, y una lancha policial se acerca a ellos a toda velocidad. El barco se quema completamente, y Kalimán, el Loco Rojo y Omar tienen que saltar al mar, donde los delincuentes son capturados por la policía. La Araña Negra desaparece en la conflagración. Kalimán todavía tiene los narcóticos que entrega a la policía como prueba de la culpabilidad de los delincuentes. Habiendo capturado a dos de los jefes máximos de la secta de la Mano Negra, Omar y el Loco Rojo, la policía egipcia logra obtener suficiente información para desenmascarar a los demás miembros de la secta y la organización criminal deja de existir. La Araña Negra sobrevive la aventura y jura que en su próximo encuentro matará a Kalimán.

EPISODIOS[]

  • 124-150 en México (1968)
  • 114-140 en Colombia (1978)
  • 084-110 en México (reedición Lo Mejor de Kalimán en Kalicolor, 1989)
  • 279-303 en México (reedición, 2004)

CREADORES[]

  • Original de
    • Rafael Navarro Huerta
    • Modesto Vázquez González
  • Guionista
    • Héctor González Dueñas (Víctor Fox)
  • Dibujo
    • Cristóbal Velázquez (Crisvel)
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