Kaliman, el hombre increible
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Guardián del Templo del Buda Negro
Guardia del Templo Cara
Aventura El Buda Negro
Nombre Real Desconocido
Nacionalidad Nepalés
Primera Aparición MEX 1021, COL 1011
Última Aparición MEX 1024, COL 1014

El guardián del templo del Buda Negro es un hombre rudo y estricto, pero muy devoto y cumplidor de su deber. Conoce a Kalimán y a Solín cuando éstos acuden al templo por primera vez poco después de llegar a Kaliasana, en Nepal. Siendo Kalimán el séptimo hombre de la dinastía de la diosa Kali, tiene un permiso especial de mirar de cerca el Buda Negro, pero ni aún a él le está permitido tocar la reliquia o visitar el templo después de la media noche.

Guardia del Templo Extra

Cuando se disponen a salir del templo Kalimán y Solín son atacados sorpresivamente por el guardia, y Kalimán pronto se da cuenta que el hombre ha sido hipnotizado a larga distancia, probablemente por Ramar. No tiene problemas en romper el dominio hipnótico de Ramar, pero se aleja del templo muy preocupado hacia su hospedaje. Kalimán tiene razón, Ramar y Yago vigilan desde cerca, y una vez Kalimán se ha ido Ramar hace un ejercicio de transformismo y toma las facciones de su enemigo. Entra al templo disfrazado e insiste ver de nuevo el Buda Negro.

Guardián del Templo Muerte

El guardia del templo se rehusa a dejarlo entrar por ser ya más tarde de la media noche, y en consecuencia es atacado brutalmente por Ramar, quien le parte un brazo y lo hiere gravemente. Luego, Ramar procede a robar la valiosa reliquia.

El guardián del templo queda convencido de que el ladrón es Kalimán, y al otro día, cuando los lamas se enteran del robo no duda en acusarlo insistentemente. Aún cuando Kalimán mismo se presenta ante él insiste en que él fue el ladrón, y cuando Kalimán lo hipnotiza para ver en sus ojos la verdad se da cuenta de que efectivamente el guardia está convencido de lo que dice. Como consecuencia de la acusación Kalimán es condenado por los lamas a encerrarse en la Torre del Silencio, un sitio del que no hay escapatoria.

Eventualmente el guardia del templo del Buda Negro muere de las heridas que Ramar le causa.

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