Kaliman, el hombre increible
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R17 EL GENIO DE ULTRATUMBA

PERSONAJES[]

  • Narrador (Isidro Olace)

Roberto Reséndiz, Eduardo Liñán

LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA[]

  • Berna, Suiza
  • Niza, Francia
  • Mar Mediterráneo
  • Génova, Italia
  • Venecia, Italia
  • Trieste, Italia
  • Mar Adriático
  • Isla de Kreibá, Croacia

Nota: La isla de Kreibá es un lugar ficticio.

ARGUMENTO[]

Kalimán y Solín llegan Berna, Suiza, a visitar a un viejo amigo de Kalimán, el profesor Hugo Banstein, quien se encuentra moribundo en un sanatorio. La hija del profesor, una famosa médica llamada Greta va a recogerlos a la estación de tren y los lleva al sanatorio en las montañas de las afueras de la ciudad. En el camino burlan la persecución de un carro misterioso que intenta seguirlos.

En el sanatorio Kalimán se entrevista con Banstein, un genio científico en física y medicina. A lo largo de los años Banstein ha estudiado a fondo el cerebro humano y ha desarrollado lo que él dice es un método para transplantar cerebros. Ahora que su cuerpo está moribundo quiere que Kalimán transplante su cerebro a otro cuerpo para poder continuar con el desarrollo de su ciencia. El cuerpo receptor del cerebro pertenecería a un asesino despiadado, un joven inglés condenado a muerte, Frederic Fleming, quien está a punto de ser ejecutado. En Inglaterra se le propone a Fleming aplazar su ejecución si considera una propuesta que se le hará en Suiza. Pocos días después, en el sanatorio bernés, Fleming se entrevista con Kalimán y Greta Banstein, quienes le explican los pormenores de la operación. Aún sabiendo que su propio cerebro morirá, Fleming accede a tomar parte en el experimento, dice que por lo menos así su cuerpo seguirá vivo por algún tiempo más.

Algunos días antes de la operación, Solín descubre desde su ventana señales luminosas provenientes de una montaña frente al sanatorio y a uno de los médicos del establecimiento, el Doctor Adolf Strauß, mirándolas. Las señales luminosas son producidas por un espía internacional llamado El Greco quien desde su vehículo y acompañado por dos secuaces Josef y Gregory intenta hacer contacto con un cómplice que tiene en el interior del sanatorio. Ellos son quienes intentaron seguir el carro de Greta Banstein cuando Kalimán llegó a Suiza.

Después de varios días de preparación, el transplante del cerebro de Hugo Banstein al cuerpo de Frederic Fleming se lleva a cabo, y el cuerpo de Banstein y el cerebro de Fleming mueren en la operación. Kalimán es el cirujano principal, y además de las instrucciones de Banstein utiliza sus conocimientos en medicina tibetana para que la operación sea un éxito. Además de Kalimán y de la doctora Greta Banstein, en la operación toman parte los doctores Adolf Strauß, Max Hubert y Javier Smith, además de muchos ayudantes. Max Hubert es el prometido de la doctora Greta Banstein y goza de toda su confianza.

La operación es un éxito, y cuando termina el paciente es llevado a cuidados intensivos para que se recupere. Kalimán se retira a sus habitaciones, y poco después recibe una llamada telefónica del doctor Strauß, quien aparentemente ha descubierto quién ha estado recibiendo las señales luminosas. Mientras habla con Kalimán, el doctor Strauß es asesinado con una inyección que le causa un paro cardíaco. Kalimán corre a la habitación de Strauß pero llega demasiado tarde, el médico ha muerto, y junto a su cadáver encuentra al doctor Max Hubert, quien aparentemente ha estado intentando revivir a su colega.

Pocos días después de la operación, y después de que Hugo Banstein ha dado señas de saber quién es aún dentro de su nuevo cuerpo, Kalimán y Solín son atacados por la espalda y llevados a un congelador en los sótanos del sanatorio. Una carta falsificada aparentemente de puño y letra de Kalimán llega a manos de Greta Banstein informándole que él y Solín han decidido abandonar el sanatorio; el equipaje de los dos amigos también ha desaparecido. Greta Banstein se extraña con la carta, pero no puede sino aceptar que Kalimán se ha ido. Max Hubert, sin embargo, dice sospechar que Kalimán puede haberse llevado algunos de los secretos científicos de Hugo Banstein, y así Greta y él van a verificar que nada falte en la caja fuerte secreta del profesor. En la caja fuerte están una llave que abre la caja fuerte de un banco en el centro de Berna, y un cuaderno con las claves para descifrar los documentos que están en ese banco, los detalles acerca de los experimentos científicos de Hugo Banstein. Nada ha sido robado.

Kalimán y Solín escapan del congelador haciendo estallar un tanque de gas que hace estremecer al hospital entero y abre un boquete en el muro. Después de presentarse ante Greta Banstein e informarla de lo sucedido, Kalimán reconoce al guardia de seguridad que lo atacó y lo encierra esperando interrogarlo más tarde. Nunca logra hacerlo: el guardia aparentemente se suicida inyectándose la misma sustancia que mató a Strauß. Examinando el cadáver, Kalimán encuentra en la mano del cadáver un tatuaje que reconoce como el símbolo de los hombres de El Greco, un espía a quien ya conoce por documentos de la interpol que ha estudiado.

Para investigar la posibilidad de que hayan más hombres del Greco infiltrados en el sanatorio Kalimán encarga a Solín de buscar el equipaje que les fuera robado. El niño pronto lo encuentra en la habitación de Max Hubert, y así descubre que fue Hubert quien envió la nota falsificada. Sin embargo es atacado por el doctor antes de poder revelarle algo a Kalimán.

Mientras tanto, Kalimán y la doctora Banstein examinan al profesor Hugo Banstein, quien da amplias señas de mejoría. De camino a sus habitaciones, Kalimán descubre a Solín sin sentido en las habitaciones de Hubert; el científico sin embargo ha escapado llevándose la llave de la caja fuerte del banco suizo y el cuaderno con las claves para descifrar los documentos que espera encontrar allí. A bordo de un vehículo que roba del sanatorio, Hubert llega a una casa en las montañas donde lo esperan El Greco y sus secuaces. Sin embargo, una vez que Hubert entrega lo que robó es asesinado de un golpe en la cabeza por Josef y Gregory. Su cadáver es depositado en los sótanos de la casa

Kalimán decide perseguir al fugitivo Max Hubert y deja a Solín y a Greta Banstein en el sanatorio. Va a Berna y espera a la entrada del banco suizo donde está la caja fuerte de Banstein, sabe que eventualmente los criminales irán allí. Tiene razón, y cuando El Greco y sus dos secuaces aparecen los reconoce por fotos que alguna vez vio en los archivos de la interpol. Mientras el Greco entra al banco y saca el sobre de Banstein de la caja fuerte, Kalimán atrapa a Josef y Gregory. Cuando El Greco quiere reunirse con sus cómplices se encuentra con Kalimán, quien ha agujereado el tanque de gasolina del carro de los malhechores. Por medio de un truco, un cigarrillo con gas lagrimógeno, El Greco se hace dueño de la situación y obliga a Kalimán a conducirlos a él y a sus dos cómplices a su refugio de las montañas en el carro que Kalimán estaba utilizando, el carro personal de Greta Banstein. Sin embargo, llegando al refugio Kalimán acciona un mecanismo por el que un vidrio de seguridad separa a Josef y Gregory, sentados en la banca de atrás del carro, del conductor. El Greco intenta amenazar a Kalimán con su pistola, pero pronto es desarmado por Kalimán, quien tira la pistola por la ventanilla. Llegando a la casa, Kalimán deja a Josef y Gregory encerrados en el carro y baja con El Greco a buscar a Max Hubert. En el sótano de la casa, Kalimán descubre el cadáver de Hubert, y mientras lo examina es atacado por El Greco, quien logra arrebatarle los documentos de Banstein. El espía escapa en el carro donde están sus compañeros, pero no sin antes activar una bomba que estalla en la casa. Kalimán sobrevive la explosión, pero la casa se convierte en un infierno en llamas que se derrumba a su alrededor, Con mucha dificultad logra salir del sótano en llamas llevando consigo el cadáver de Max Hubert, y eventualmente consigue llegar hasta el sanatorio donde lo esperan Solín y Greta Banstein. Allí Kalimán revela que cuando tuvo los documentos de Banstein en su poder tuvo buen cuidado de ponerlos a buen recaudo, los papeles que El Greco y sus secuaces robaron no son los verdaderos. Así le hace entrega a Greta Banstein de los documentos verdaderos, y ella los guarda en la caja fuerte de su padre. El Greco y sus secuaces sin embargo han escapado.

Esa noche, Kalimán descubre a un tercer médico del sanatorio, el doctor Javier Smith, fotografiando el cuaderno con los secretos científicos de Banstein. Acusado por Kalimán, Smith dice que lo hace por el bien de la ciencia, en su fuero interno no cree que Hugo Banstein vaya a recuperarse y ha decidido apoderarse de sus secretos por el bien de su país. Smith logra convencer a Kalimán de que no tiene en realidad malas intensiones y es dejado en libertad.

Mientras tanto, Hugo Banstein ha recuperado el conocimiento y se encuentra perfectamente lúcido, aunque su hija Greta cree percibir un leve cambio en su personalidad. En una conversación con Kalimán, Banstein revela que los documentos que estaban guardados en el banco suizo no son reales; el único repositorio de los secretos del científico es su propio cerebro, y la razón por la que Banstein preparó toda esa patraña fue para descubrir la identidad de quienes estaban interesados en sus inventos. Días después, Javier Smith se despide de Kalimán bastante fastidiado por la argucia de la que fue objeto. Pocos momentos después de esa conversación se escucha un disparo procedente de la habitación de Hugo Banstein, y cuando Greta y Kalimán llegan allí descubren que el profesor Banstein ha asesinado a Javier Smith. Banstein afirma que Smith quería matarlo y que solo actuó en defensa propia, y efectivamente, en la mano de Smith se encuentra un bisturí que podría haber sido utilizado como arma.

Pocos días después, Kalimán retira los vendajes de la cabeza de Banstein y descubre que los ojos del profesor han quedado extremadamente sensibles a la luz. Ante esta situación Banstein le pide a Kalimán que aplaze su partida y le fabrique un par de anteojos especiales que puedan ayudarlo. Algunos días después Kalimán presenta a Banstein unos anteojos de ámbar que aunque le dan un aspecto muy peculiar al profesor le ayudan muy eficazmente a controlar la cantidad de luz que llega a sus ojos.

El Greco pronto se da cuenta del engaño de Kalimán y regresa a Berna con intenciones de obtener los secretos científicos de Banstein de la boca misma del profesor. Logra introducirse al sanatorio empleando una falsa identidad, la de un famoso científico muniqués llamado Luger von Graf, y escabulléndose por los pasadizos del hospital llega a las habitaciones de Hugo Banstein. Allí comprueba con sus propios ojos que la operación a Banstein fue un éxito. Poco después Greta Banstein y Kalimán irrumpen en la habitación, pero son mantenidos a raya por una amenaza de El Greco. Diciendo que ha dejado una bomba en el sanatorio El Greco logra distraer a sus contrincantes y escabullirse sin ser visto por una ventana. Su objetivo, comprobar si la operación a Bantein fue exitosa, ya ha sido logrado.

Días después, Hugo Banstein se ha reestablecido completamente. Durante una conversación con Kalimán y con Greta Banstein revela que aparentemente su cuerpo mantiene un tipo de "memoria muscular" que le permite hacer hazañas que nunca habría podido hacer en su cuerpo anterior. Por ejemplo, el nuevo Banstein descubre que es un excelente karateca como lo era Fleming, aún si el mismo Banstein nunca tuvo nociones de lucha. Esto preocupa a Kalimán, quien se pregunta si otros aspectos de la personalidad de Fleming también se habrán hecho presentes en Banstein.

Estando Banstein ya completamente restablecido, Kalimán y Solín no ven razón para prolongar su estadía en Suiza y anuncian su partida. Hugo y Greta Banstein los acompañan al aeropuerto, donde los despiden con gran efusividad y agradecimiento. El Greco, Josef y Gregory, quienes como siempre han estado vigilando los movimientos de cualquier empleado del sanatorio, también descubren la partida de su enemigo y se alegran muchísimo; creen que ahora que Kalimán no va a estar presente les va a ser más fácil obtener los secretos del profesor.

A la entrada de un avión que debería llevarlos a Londres, Kalimán se encuentra con un nuevo personaje, Sam Rotwell, un agente de la interpol amigo que dice estar en Berna buscando a El Greco. Kalimán nunca ha tenido la intención de abordar el avión a Londres, y en vez de montar a la aeronave se escabulle con Solín fuera del aeropuerto; su intención es vigilar oculto a Hugo Banstein y a su hija e impedir que El Greco pueda causarles daño. Habiendo descubierto que Sam Rotwell también busca al Greco y suponiendo que quizás él sepa dónde se esconde el espía, Kalimán decide seguirlo.

Después de dejar a Kalimán en el aeropuerto, Hugo Banstein propone a su hija ir a cenar a un restaurante de la ciudad. Esta propuesta extraña a Greta Banstein, pues su padre nunca fue dado a ausentarse por demasiado tiempo de su laboratorio, pero ahora está dispuesta a celebrar el éxito de la operación y accede a los deseos de su padre. El Greco, quien ha estado vigilando a los Banstein desde el aeropuerto decide presentarse ante ellos y ofrece dinero a Banstein para comprar sus secretos. Banstein rehusa, y El Greco se retira, anunciando que no será ese el fin de sus negocios en compañía.

A la salida del restaurante, El Greco es descubierto por el agente Sam Rotwell, quien lo encañona con su pistola y lo obliga a montar en su vehículo. Antes de llegar a la estación de policía y en un momento de descuido de Rotwell El Greco se hace dueño de la situación y lleva al policía a su propio departamento donde lo espera una hermosa mujer rubia y de ojos azules llamada Eva Lucker, la compañera sentimental del Greco. Una serie de circunstancias obligan a Eva Lucker a dispararle a Sam Rotwell por la espalda, matándolo. Ella y El Greco logran escapar sin que Kalimán y Solín, quienes venían siguiendo a Rotwell, logren impedirlo. Kalimán y Solín suben a la habitación de El Greco y allí descubren el cuerpo sin vida del agente Sam Rotwell. En el ambiente hay un extraño aroma a "Perfume de Estambul", la única pista que tienen acerca de la identidad de la persona que mató al agente.

Hugo Banstein, mientras tanto, decide que por ahora no tiene ganas de volver a internarse en el laboratorio donde pasó tantos años, y propone a su hija Greta irse de vacaciones a Niza para descansar y replantear su relación. Greta acepta, aunque bastante extrañada de la nueva actitud de su padre. Josef y Gregory, los espías al mando del Greco, han intervenido los teléfonos del sanatorio, y así cuando Greta Banstein ordena billetes de avión para Niza y reservaciones de hotel allí, ellos se enteran. Kalimán y Solín se han apostado a la entrada del sanatorio, y cuando los Banstein salen con su equipaje rumbo al aeropuerto logran seguirlos a ellos y a sus perseguidores, El Greco, Josef y Gregory.

Hugo y Greta Banstein parten hacia Niza en un vuelo lleno, y aunque Kalimán no consigue ir con ellos en el mismo avión, sí averigua su destinación. Además tiene buen cuidado de mantenerse lejos de la vista de El Greco y sus cómplices, quienes como Kalimán han comprado billetes en el próximo vuelo a Niza. Durante el vuelo Kalimán conoce a Eva Lucker, quien viaja separada de sus cómplices. La belleza de Lucker hace que Kalimán se interese en ella, además percibe en ella el "Perfume de Estambul" que ya oliera en la habitación donde fue asesinado Sam Rotwell. Kalimán no revela su identidad a Eva Lucker, sino que se hace pasar por un árabe llamado Alí Faskam, y antes de aterrizar en Niza hace una cita con ella en un lugar llamado "La Terraza del Amante", un restaurante en lo alto de empinados acantilados que surgen del mar en los alrededores de Niza.

El Greco, Josef y Gregory se hospedan en el mismo hotel que Hugo y Greta Banstein. Kalimán y Solín siguen a los espías y también terminan hospedándose allí, en una habitación contigua a la del Greco. Eva Lucker consigue una habitación en otra parte de la ciudad. Esa noche la mujer se encuentra con quien ella cree es Alí Faskam en "La Terraza del Amante" donde pasa una muy agradable velada, pero cuando regresa a su habitación de hotel descubre que El Greco la espera enfadado: al espía no le gusta que Lucker actúe independientemente y le prohibe salir sin su permiso.

Al otro día, Hugo y Greta Banstein deciden ir a la playa. Eva Lucker, siguiendo instrucciones de El Greco, hace como si se encontrara por casualidad con Banstein y lo saluda como si fuera todavía Frederic Fleming. Banstein responde que no la conoce, pero Lucker le entrega una tarjeta con su teléfono. Banstein, nunca un hombre atractivo en su primera vida, descubre que en el cuerpo de Frederic Fleming sí resulta atractivo a mujeres hermosas, y decide llamar por teléfono a Eva Lucker y concertar una cita para esa noche en el casino de Niza. Greta intenta disuadirlo de sus propósitos, pero sin éxito.

Esa noche Kalimán sigue a su amigo al casino con intenciones de protegerlo. Durante una noche de juego, Banstein pierde muchísimo dinero, pero Eva Lucker le presta 40000 dólares y lo hace firmar un pagaré. Banstein pronto pierde también el dinero del préstamo. Luego convence a Lucker que lo acompañe a sus habitaciones, y aunque ella decide no quedarse sí se citan para el otro día. Kalimán y Solín han sido testigos de todo lo que ha pasado y cada vez están más preocupados de la actitud de Banstein. Además sospechan cada vez más de Eva Lucker, y cuando ella se despide de Banstein la siguen a su habitación de hotel para averiguar dónde se hospeda.

De regreso a su hotel, Kalimán se presenta ante Hugo Banstein y le revela que lo ha estado siguiendo. Banstein se molesta mucho, no quiere la protección de Kalimán y se siente invadido en su privacidad. Kalimán insta a su amigo a abandonar Niza y regresar a su trabajo en Berna, pero Banstein se niega y decide esperar la llamada de Eva Lucker esa noche. Greta Banstein también se molesta con su padre, y este termina ordenándole que regrese a Berna, no necesita más de su compañía. Greta, molesta, obedece.

Al otro día Kalimán, en su identidad de Alí Faskam, visita a Eva Lucker en su hotel, quiere descubrir de una vez por todas si ella está aliada a El Greco o no. Durante su visita, Kalimán le revela dónde está hospedado y le pide que lo visite cuando quiera. Además le dice que la vio con alguien en el casino. Lucker responde que hay asuntos extráneos que están acaparando su atención, y le pide a Alí Faskam que sea paciente. Más tarde, El Greco regresa a la habitación de Lucker y le pide explicaciones acerca del hombre que la ha estado visitando. Ella le habla de Alí Faskam y le dice dónde está alojado. El Greco, celoso, golpea a Lucker, y ella se queda muy enfadada.

La habitación del supuesto Alí Faskam es continua a la de El Greco, y así éste empieza a sospechar que algo extraño está sucediendo. Durante un descuido de los recepcionistas del hotel mira en el libro de registros, encontrando el nombre de Alí Faskam. Decide llamar por teléfono a esa habitación, y cuando Kalimán contesta El Greco reconoce inmediatamente su voz. Así Kalimán es descubierto, y poco después El Greco informa a Eva Lucker de la verdadera identidad de su "amigo".

Eva Lucker llama por teléfono a Hugo Banstein, y diciéndole que ese día se encuentra indispuesta lo cita para esa noche a las 10 pm. A las 9:30 pm Banstein sale en taxi para su cita, seguido de cerca por El Greco. Sin embargo el espía les ha pedido a sus cómplices Josef y Gregory que vigilen la habitación de Kalimán, y cuando éste y Solín salen a perseguir a Banstein los malhechores logran descomponer el ascensor del hotel. La caja del ascensor donde viajan Kalimán y Solín se desploma en caída libre hasta los sótanos del hotel, donde se hace añicos. Sin embargo, Kalimán y Solín tienen tiempo de colgarse de la cuerda del ascensor y de trepar a la azotea; luego bajan a la calle por las escaleras de emergencia y logran descubrir a Josef y Gregory que se alejan. No los persiguen, porque suponen que Banstein puede estar poniéndose en peligro.

Cuando Banstein llega a la habitación de Eva Lucker, ella lo recibe con mucho licor y con una promesa de amor más tarde esa noche. Eventualmente Banstein no puede contenerse más y empieza a sobrepasarse con Lucker. En ese momento El Greco hace aparición en la habitación y le revela a Banstein que él y Lucker lo han estado embaucando. Ahora Banstein les debe los 40000 dólares del pagaré, y si no les paga ese dinero lo denunciarán a la policía; la única alternativa es que el profesor decida venderles sus secretos científicos. Hugo Banstein, borracho, poco puede hacer para defenderse, pero empieza a estar interesado en la oferta de El Greco: cada vez está más enamorado de Eva Lucker, aún sabiendo que ella es una embaucadora, y además se está dando cuenta de que va a necesitar mucho dinero para continuar con su nueva vida dedicada al placer. Así Banstein le pide a El Greco que lo deje pensar en su oferta y lo cita para el otro día. El Greco accede, pero le advierte que lo tiene vigilado y que no podrá escapar de Niza.

Kalimán y Solín han estado vigilando desde afuera y ven luz en la habitación de Eva Lucker. Cuando ve partir a Banstein, borracho pero a salvo, Kalimán decide comprobar de una vez por todas si Eva Lucker es aliada del Greco o no. Para esto se presenta ante ella en su identidad real, quiere ver si ella le informará a El Greco de que él no murió en la caída del ascensor. Efectivamente, a la primera oportunidad Lucker llama por teléfono al Greco, quien decide atentar de nuevo contra la vida de Kalimán. Más tarde esa noche, cuando todos duermen, El Greco, Josef y Gregory pasan por la ventana de la habitación de ellos a la de Kalimán para matarlo. Sin embargo Kalimán y Solín los esperan y les lanzan dardos somníferos. Kalimán no tiene pruebas en contra de los malhechores, y así decide no entregarlos a la policía; en vez de eso los devuelve a sus habitaciones, aunque no sin antes reemplazar las balas de sus revólveres por balas de salva.

Al otro día Kalimán vuelve a presentarse ante Hugo Banstein y le explica todo lo que ha averiguado. Lo insta a regresar a Suiza, él lo protegerá de cualquier peligro, especialmente de los acosos de El Greco. Hugo Banstein, sin embargo, rehusa el ofrecimiento de Kalimán y le pide que lo deje sólo.

Kalimán y Solín cambian de hotel y se instalan en un hotel de la acera de enfrente desde donde pueden ver perfectamente tanto la habitación de Hugo Banstein como la de El Greco y sus secuaces. Eventualmente El Greco despierta y pronto descubre que Kalimán se ha ido. Temiendo que Banstein pueda haber huído sin dejar rastro baja a la habitación de Banstein, pero descubre que el científico aún está ahí, no tiene ningunas intenciones de escapar.

A las 5 pm, tal y como lo habían planeado el día anterior, El Greco y Eva Lucker acuden a su cita con Banstein. El Greco se sorprende al descubrir que Banstein, lejos de ser un hombre voluble, ha tomado las riendas de la situación y ha puesto a los espías a la defensiva. No accederá a la extorsión de El Greco, sabe que el espía, un criminal, no acudirá a ningún tribunal para obligarlo a pagar su deuda. Sin embargo Banstein informa a El Greco que sí está dispuesto a vender sus secretos, pero quiere hablar directamente con alguna persona del país comprador. Además le exige al Greco que le entregue a Eva Lucker, ella se convertirá en su propiedad. Sorpresivamente la mujer acepta, pues ve en esto una oportunidad de librarse del dominio de El Greco y cree que le será más fácil dominar a Banstein. El Greco siente como poco a poco pierde el dominio de la situación y decide ordenar a sus dos cómplices que ataquen a Banstein, no para matarlo sino para "ablandarlo" de manera que acepte negociar con él y no con su superior. Pero Banstein no es fácil de amedrentar, y El Greco, Josef y Gregory reciben una paliza de quien ahora se descubre como un consumado karateca. El Greco es obligado así a aceptar organizar un encuentro entre su superior y Hugo Banstein, y Eva Lucker se queda con su nuevo "dueño".

Kalimán ha visto todo lo ocurrido desde la terraza del apartamento de enfrente y leyendo los labios de Banstein se ha enterado de lo que este piensa hacer. Lo llama por teléfono, y sin decirle dónde está ni cómo sabe lo que sabe le dice que lo que planea hacer es ilegal, él no es el dueño de esos secretos científicos, que seguramente van a ser utilizados con fines bélicos. Si prosigue con sus planes, Kalimán le advierte a Banstein que se convertirá en su enemigo. Banstein, furioso, amenaza a Kalimán, y así la amistad entre los dos hombres se rompe.

El Greco organiza una cita de Banstein con su superior, un hombre que oculta su identidad y prefiere ser llamado Mister X, en la Terraza del Amante a la medianoche, y Kalimán se entera leyendo los labios de Banstein cuando este le informa a Eva Lucker. Cuando Banstein sale a acudir a su entrevista es seguido por Kalimán. En lo alto de la Terraza del Amante, la presencia de El Greco y sus secuaces en la única escalera que lleva a lo alto del risco obliga a Kalimán y Solín a colgarse sobre las rocas del despeñadero para evitar ser descubiertos. Luego, moviéndose hábilmente entre las rocas logran posicionarse inmediatamente debajo del sitio donde Banstein habla con Mister X, y así oyen toda la conversación. Banstein ha accedido a venderle a Mister X los planos de un potente rayo láser que podrá ser utilizado con fines bélicos. El precio es de 100 000 dólares que le serán entregados en dos pagos, uno antes y otro después de que los planos sean entregados. Mister X accede, y los dos hombres deciden encontrarse al otro día para efectuar el primer pago.

Efectivamente al otro día en un parque de la ciudad Mister X entrega a Hugo Banstein un periódico donde hay pegados 50000 dólares en billetes de a 100. Kalimán y Solín lo ven todo, y cuando Mister X se ha ido Kalimán se le acerca a Banstein y le advierte que va a hacer todo lo que esté en sus manos para impedir que sus inventos caigan en manos de una potencia extranjera. Banstein vuelve a enfurecerse y le ordena a Kalimán que deje de entrometerse. El Greco, Josef y Gregory han seguido a Banstein desde que salió del hotel y así descubren a Kalimán. Deciden acabar con él de una vez por todas, y en un callejón oscuro lo atacan. Kalimán vence fácilmente a Josef y Gregory a puñetazos, pero El Greco logra dispararle seis tiros a quemarropa. Kalimán se derrumba fingiendo estar muerto, pero la realidad es que la pistola que El Greco ha disparado solo tiene balas de salva. El Greco no tiene balas para acabar con Solín, y así escapa junto a sus cómplices dejando al niño junto a lo que él cree es el cadáver de Kalimán.

Banstein regresa a su hotel y se da a la tarea de dibujar los planos del rayo láser mientras Eva Lucker, emocionada porque Banstein pronto va a obtener una gran cantidad de dinero, decide irse de compras. El Greco mientras tanto le informa a Mister X que ha acabado con Kalimán, y este le ordena buscar a Solín y matarlo a él también, no deben dejar cabos sueltos. El Greco y sus pistoleros pasan ese día y el siguiente buscando a Solín por toda la ciudad, pero el niño ha desaparecido, en realidad está con Kalimán en su habitación de hotel. Al otro día del supuesto asesinato no hay noticias de esto en los periódicos, y El Greco, sospechando que algo anda mal, se introduce a escondidas a la morgue de la jefatura de policía. El cadáver de Kalimán obviamente no está allí, pero El Greco no sabe qué ha pasado.

Esa noche se cumple el plazo para que Banstein entregue los planos del rayo láser a Mister X. Cuando Banstein sale de sus habitaciones, un Kalimán disfrazado se tropieza con él y le cambia los planos que ha pasado varios días dibujando por papeles en blanco. Sin embargo El Greco también vigila a Banstein, y aunque no reconoce a Kalimán sí descubre a Solín y se lo lleva cautivo. Mister X se disgusta muchísimo cuando se da cuenta que los "planos" que Banstein intenta entregarle son falsos y ordena a sus guardaespaldas golpear al científico en la cabeza y llevarlo a su escondite, una mansión en lo alto de un acantilado en las afueras de Niza. Kalimán mientras tanto sube a las habitaciones de Banstein a hablar con Eva Lucker y ofrecerle ayuda si se entrega a la policía; la mujer rehusa. Kalimán sólo descubre la desaparición de Solín después de hablar con Lucker.

El Greco se lleva a Solín a su habitación y lo amenaza con mutilarlo si el niño no revela el paradero de Kalimán y si está vivo o no. Pero Kalimán vigila desde su propia habitación de hotel al otro lado de la calle, y antes de que El Greco pueda cumplir sus amenazas al niño, llama por teléfono al espía y se ofrece él mismo a cambio de la vida de Solín. El Greco acepta inicialmente el cambio, pero mientras Kalimán cruza la calle para entregarse, Mister X llama por teléfono al Greco y lo obliga a cambiar sus planes. Cuando Kalimán llega ya los espías se han ido a la mansión de Mister X llevando prisionero a Solín. Mister X llama entonces por teléfono a Kalimán en la habitación de El Greco y le dice que vaya a su mansión llevando los planos dibujados por Banstein.

Cuando llega a la mansión de Mister X, Kalimán es reunido con Solín en un salón donde Hugo Banstein está atado con cadenas a un muro; El Greco, Josef y Gregory también están presentes. Kalimán le dice a Mister X que él le cambió los planos a Banstein, pero cuando Mister X exige que le entregue los verdaderos planos, Kalimán explica que los quemó. Mister X baja entonces una pared de cristal que lo separa de los otros seis personajes e inyecta un misterioso gas rojo en la habitación donde están sus invitados. Todos pierden el conocimiento.

Cuando Kalimán recupera el sentido se encuentra junto a Solín en una jaula de cristal, separado de todos los malhechores por un grueso vidrio. Mister X ordena al Greco llamar por teléfono a Eva Lucker y hacerla venir a la mansión, y luego, hablando con Banstein, decide intentar dominar a Kalimán por medio de la ciencia. Banstein propone inyectarle a Kalimán una potente droga, coleidoforma, que afectará directamente el cerebro del prisionero, y ante la anuencia de Mister X se pone en la tarea de producir esa droga en el laboratorio de su anfitrión. Ni Mister X ni Banstein se preocupan ahora de los planos perdidos, cuando Kalimán haya sido eliminado Banstein volverá a dibujarlos.

Para mantener a Kalimán y Solín a raya e impedir que escapen son conducidos a un sitio en la mansión cerca de la sala de máquinas donde corrientes eléctricas saltan constantemente de un sitio a otro. Kalimán y Solín tienen que estar absolutamente quietos para evitar ser electrocutados, y ante la inabilidad de Solín de mantenerse quieto por varias horas Kalimán decide hipnotizarlo. Él mismo entra en trance, y así los dos amigos pasan muchas horas sin mover un solo músculo.

Mister X, mientras tanto, ha dado señas de estar muy insatisfecho con la actuación de El Greco, Josef y Gregory, opina que los espías han cometido demasiados errores y los encierra en un salón especial mientras decide que hacer con ellos. Cuando Eva Lucker llega a la mansión es conducida a presencia de Mister X, quien envía con ella un mensaje a El Greco, Josef y Gregory: no tienen por que considerarse en peligro mientras que sigan obedeciendo sus órdenes. Los tres malhechores sin embargo deciden escapar, y cuando Eva Lucker entra al salón donde ellos están a darles el mensaje, los tres hampones se precipitan hacia la puerta por la que ella entró. La puerta se cierra de repente impidiendo que ellos salgan, y miles de voltios de electricidad fluyen por sus cuerpos. Josef y Gregory mueren electrocutados, y El Greco queda tan mal herido que da también la impresión de estar muerto. Mister X entra en el recinto y ordena a sus hombres tirar los cadáveres de los tres malhechores al mar, y luego lleva a Eva Lucker al laboratorio donde está Banstein.

Cuando la coleidoforma está preparada, una pinza robótica recoge a Kalimán y Solín de donde están y los lleva al laboratorio donde Banstein, Lucker y Mister X los esperan. Son atados por las manos mecánicas a camillas de laboratorio. No queriendo exponerse a estar al alcance de Kalimán, Banstein le lanza a su enemigo una jeringa hipodérmica que contiene coleidoforma con un aparato especial semejante a un rifle desde varios metros de distancia. La droga resulta ser potentísima, e inmediatamente actúa sobre el cerebro de Kalimán retardando sus funciones mentales. Sin embargo, Kalimán intenta controlar los efectos de la droga por medio de un mantra, una palabra que repite sin cesar para evitar perder la razón.

Varias horas después y asumiendo que Kalimán es ahora inofensivo, Banstein desata a Kalimán, y grande es su sorpresa cuando éste abre los ojos y demuestra haber soportado perfectamente los efectos de la coleidoforma. Viéndose libre y cerca de Banstein, Kalimán contraataca e hipnotiza al científico, robándole su memoria. Mister X mientras tanto llama a sus guardias, pero antes de que lleguen Kalimán logra desatar a Solín, y cuando los guardias de Mister X entran al laboratorio, Kalimán se lanza contra ellos, y antes de que puedan reaccionar sale con Solín del laboratorio. Logran llegar hasta la terraza de la mansión, pero no tienen por donde escapar: la terraza va a dar al acantilado que hay detrás de la mansión de Mister X. Viéndose acorralados, Kalimán y Solín deciden saltar desde lo alto del acantilado 300 metros hasta el mar. Caen en medio de olas feroces que se estrellan contra filosos riscos, y los guardias de Mister X les disparan sin cesar. Sin embargo es de noche, y así los guardias pronto pierden su rastro; Kalimán y Solín han logrado escapar.

Banstein, mientras tanto, está absolutamente histérico pues se ha dado cuenta que Kalimán lo ha hipnotizado y así le ha robado su tesoro más preciado: sus conocimientos científicos, que ya no podrá vender a Mister X. No sabiendo cómo más manejar al científico Mister X le ordena a sus hombres inyectarle un narcótico a Banstein, quien queda sin sentido por varias horas.

Kalimán y Solín logran nadar hasta la playa y evadir a los hombres de Mister X, quienes los buscan fervientemente. En la arena de la playa descubre huellas de sangre, se trata de El Greco, quien a diferencia de Josef y Gregory no murió electrocutado y ahora se arrastra muy malherido hacia los muelles de Niza donde espera encontrar un médico que le sane sus heridas. En su mente sólo hay un pensamiento: venganza tanto contra Kalimán como contra Mister X, y una vez se ve a salvo en Niza llama a la policía y denuncia la mansión de Mister X como un nido de espías.

Kalimán mientras tanto decide esconderse en el único sitio donde sabe que no lo encontrarán: la mansión. Efectivamente los hombres de Mister X eventualmente cesan en su búsqueda y asumen que Kalimán y Solín murieron ahogados. Kalimán decide contactar a Hugo Banstein por medio de la telepatía e instarlo una vez más a que cese en sus propósitos de vender sus conocimientos científicos al mejor postor y a que rompa su asociación con Mister X. Banstein rehusa, e inmediatamente informa de lo sucedido a Mister X. Sabiendo que Kalimán vive reinician su búsqueda, y eventualmente Hugo Banstein lo encuentra en su escondite de la mansión. Sobreviene una pelea de karate en la que Kalimán logra imponerse, pero Mister X atrapa a Solín y obliga a Kalimán a rendirse.

Kalimán y Solín son atados a dos camillas, Kalimán con cintas de acero en su pecho, manos y pies. Banstein y Mister X quieren obligar a Kalimán a que rompa el dominio hipnótico que tiene sobre Banstein, y así torturan al prisionero con fuertes dosis de electricidad. Kalimán resiste practicando un experimento de autohipnosis que lo deja impávido ante la tortura. Banstein decide entonces torturar a Solín, a quien considera el punto débil de Kalimán. Acerca un bisturí a la cara del niño con intenciones de dejarlo ciego, pero Kalimán lo desarma con su rayo mental. Entonces Kalimán contraataca, y con otra descarga de rayo mental lanza a Mister X contra una pared dejándolo sin sentido. A Banstein lo paraliza diciendo una sola palabra, aún tiene perfecto dominio hipnótico sobre él. Luego se da a la tarea de reventar las cintas metálicas que lo aprisionan y logra reventar varias de ellas, pero antes de que logre escapar Eva Lucker aparece en el laboratorio seguida de muchos guardias de Mister X, quienes apalean al prisionero y lo vuelven a dejar sin sentido. Hugo Banstein queda completamente paralizado, como una estatua.

Cuando recupera el sentido, Mister X analiza la situación y decide que como no tiene manera de sacar a Banstein de su trance, habrá que cortar por lo sano y abandonar los intentos de obtener los secretos del científico. En consecuencia ordena a sus hombres matar a Kalimán, a Solín y al mismo Banstein. Sin embargo antes de que pueda hacerlo Eva Lucker interviene, y aprovechando que Kalimán sigue sin sentido ordena que los guardias de Mister X lleven a Solín a la terraza. Cuando Kalimán despierta amenaza con que matará a Solín si Kalimán no libera a Banstein de su trance y le devuelve la memoria. Kalimán acepta, y en un instante devuelve a Banstein sus facultades mentales; el científico cae al suelo desmayado, pero curado.

Mister X vuelve a hacer traer a Solín, pero Eva Lucker piensa que Kalimán es demasiado peligroso e insiste en matarlos a él y a Solín. Se dispone a hacerlo ella misma, pero vuelve a ser desarmada por el rayo mental de Kalimán. Mister X se dispone a ordenar a sus hombres que asesinen de una vez por todas a Kalimán, pero en ese momento se escuchan afuera las sirenas de muchos carros de policía: la denuncia de El Greco ha sido tomada en serio, y ahora la policía se dispone a investigar. Sabiendo que la policía está afuera, Mister X no puede disparar contra Kalimán pues sería escuchado y la policía lo encontraría. Decide entonces escapar junto a Eva Lucker y Hugo Banstein por un túnel que lleva del laboratorio a la base del acantilado dondo los espera una lancha. Sin embargo, una vez que él y sus cómplices están a salvo activa un mecanismo, y una serie de bombas escondidas en la mansión causan una serie de explosiones que matan a muchos policías y destruyen cualquier prueba que las autoridades hubieran podido obtener contra él.

Kalimán y Solín se ven de pronto envueltos en un mar de llamas. Solín está libre, pero no logra desatar a Kalimán de las cintas metálicas que lo aprisionan, y Kalimán mismo ha usado demasiada energía mental para impedir ser asesinado, tampoco él tiene ahora la fuerza de romper sus ligaduras. Las explosiones en la casa han causado muchos desperfectos, y desde la camilla donde está, Kalimán descubre una serie de cables de alta tensión que han quedado al descubierto. Le ordena a Solín que utilice los cables de alta tensión para fundir los grilletes metálicos que lo aprisionan. El niño obedece, y siguiendo las instrucciones de Kalimán al pie de la letra logra fundir el metal de las cintas metálicas. Sin embargo, el humo de los incendios en la casa llega al sitio donde están y el niño pierde el sentido. Pero Kalimán está ahora libre, toma al niño entre sus brazos y sale de la mansión por el mismo camino que usaron Mister X y sus secuaces. Desde la lancha en la que escapan, Mister X acciona un segundo dispositivo que hace volar la mansión en pedazos. El túnel por el que Kalimán escapa se derrumba tras él, pero Kalimán y Solín logran llegar hasta la base del acantilado.

Solín recupera el sentido cuando se ve al aire libre, pero no tiene mucho tiempo para disfrutar de su libertad: alguien dispara contra ellos. Ayudado por Kalimán logra esconderse entre las rocas descubriendo eventualmente a su agresor: El Greco ha regresado de Niza siguiendo a la policía para cerciorarse de que Mister X sea capturado. Kalimán se dispone a enfrentarse a El Greco cuando voces desde lo alto del acantilado lo detienen, la policía los ha descubierto. El Greco decide escabullirse, y cuando la policía llega junto a Kalimán para interrogarlo él sólo dice que es un turista caminando por las playas de la Costa Azul que fue sorprendido por las explosiones de la casa en lo alto del acantilado. Es llevado a la jefatura de policía para ser interrogado más a fondo, pero eventualmente lo tienen que dejar ir, no hay razones para mantenerlo prisionero.

Mister X, Eva Lucker y Hugo Banstein llegan en la lancha al puerto de Niza, y de allí se encaminan a un nuevo hotel. En una oportunidad en la que se ve a solas con Mister X, Eva Lucker le sugiere que si quiere obtener los secretos de Banstein no hay necesidad de comprárselos, puede obligar a Banstein a dárselos gratis secuestrándolo y llevándolo prisionero a su propio país; la idea de Lucker es que ahora que El Greco ha muerto si logra desembarazarse de Banstein ella misma recobrará su libertad. Mister X habla por teléfono con su embajador en París, un hombre llamado Nikolai Dosky, y termina accediendo a la sugerencia de Lucker.

Esa noche El Greco regresa a Niza y cuando descubre a Eva Lucker sentada en el restaurante de su hotel se presenta ante ella; la mujer queda estupefacta al verlo vivo. Kalimán y Solín también están cerca vigilando a los dos. El Greco quiere obligar a Lucker a confesar donde están Mister X y Banstein, pero Lucker en vez de llevar al Greco al hotel donde están los dos hombres lo lleva hacia un yate que está anclado en los muelles. En un momento de descuido del Greco, Lucker se le escabulle, y Kalimán y Solín deciden seguirla a ella; eventualmente termina llevándolos a la habitación de hotel donde sí están Mister X y Banstein. Los dos amigos se apostan entonces en el lobby del hotel para continuar su vigilancia. El Greco también ha logrado seguir a Lucker, y así se entera de dónde están alojados sus enemigos.

En su habitación Mister X adelanta los preparativos para sacar a Banstein del país y le administra al científico un potente sedante. Cuando Eva Lucker llega intenta convencerla de que vaya con ellos a su patria; dice que Banstein va a necesitar una compañera sentimental, aunque el interés verdadero de Mister X es no dejar cabos sueltos en Francia. Sin embargo la mujer se niega terminantemente a ir con él, lo último que ella quiere es ponerse en manos del gobierno de Mister X. En ese momento El Greco irrumpe en la habitación y amenaza de muerte tanto a Mister X como a Eva Lucker. Está a punto de disparar contra Mister X cuando Lucker logra agarrar una pistola que está sobre una mesa y dispara contra el Greco, matándolo. En el caos que sobreviene Mister X se hace con la pistola y le lanza un ultimátum a Lucker: si ella no va voluntariamente al país de Mister X, este entregará la pistola que tiene sus huellas digitales a la policía francesa. Sin embargo Mister X no tiene tiempo de cumplir sus amenazas, en ese momento un grupo de policías irrumpe en la habitación. Poco después Kalimán observa como la policía se lleva presos a Mister X y a Eva Lucker, y como sacan a Hugo Banstein en una camilla.

Kalimán no se explica qué puede haber sucedido y sube a la habitación de Mister X a investigar. Pronto descubre el cadáver de El Greco; los policías se han ido dejando el cadáver ahí, y así Kalimán se entera de que los que vinieron por Mister X no eran policías sino agentes suyos. Mister X, Eva Lucker y el incosciente Hugo Banstein son llevados a un yate en el puerto de Niza, y logran zarpar hacia mar abierto. Kalimán deduce que los malhechores intentarán escapar por mar ya que llevan a un Banstein inconsciente, pero llega demasiado tarde para impedirlo. Sin embargo sí encuentra en los muelles de Niza a uno de los cómplices de Mister X, uno de los falsos policías que sacó a los criminales del hotel a quien Kalimán reconoce fácilmente. Kalimán lo hipnotiza y lo obliga a revelar la destinación del yate, la ciudad italiana de Génova. Luego implanta una sugestión hipnótica en el cerebro del falso policía instándolo a presentarse en una jefatura de la policía francesa y a confesar todo lo que sabe acerca de los negocios sucios del gobierno de Mister X.

En alta mar Mister X repite la amenaza a Lucker acerca de denunciarla por el asesinato del Greco, uno de sus agentes trajo consigo la pistola con las huellas digitales de la mujer y ahora Mister X tiene esa prueba contra ella muy bien guardada. Sin embargo, cuando Banstein despierta tanto Mister X como la misma Eva Lucker convencen al científico de que fue él, no Lucker quien mató al Greco, una mentira que también es ventajosa para la mujer; así el científico no tiene otra opción que continuar su viaje con ellos voluntariamente.

Kalimán y Solín mientras tanto viajan a Génova por tierra, y Kalimán decide que la única manera de separar a Banstein de Lucker y Mister X es capturar a los dos criminales y ponerlos en prisión. Para lograr eso decide pedir ayuda a Greta Banstein, la hija del profesor. La llama por teléfono a Berna y le explica lo que ha estado sucediendo. Ella accede gustosa a ayudar a Kalimán, y así cuando el barco de Mister X llega al puerto de Génova, Greta Banstein lo está esperando en los muelles. Tanto Mister X como Banstein se sorprenden muchísimo de ver a Greta ahí, e inmediatamente le preguntan cómo supo ella a dónde llegarían, a lo que Greta Banstein responde con la verdad, dice que Kalimán le informó. Los criminales quedan estupefactos, pues hacían a Kalimán muerto en las llamas de la mansión de Mister X. Deciden entonces obligar a Greta a acompañarlos también y la fuerzan a subir a un automóvil que debe llevarlos a todos a la estación de tren de la ciudad.

Sin embargo Greta Banstein está trabajando con Kalimán. Cuando el auto en el que van pasa por un callejón estrecho de la ciudad vieja de Génova, otro vehículo se pone delante de ellos impidiéndoles el paso; Kalimán viene a capturarlos. Mister X se apresta a salir disparando, pero en ese momento Greta Banstein lanza una bomba de gas lagrimógeno dentro del vehículo en el que van, así todos los pasajeros tienen que salir desordenadamente y Kalimán puede capturarlos. Teniendo a Mister X, Eva Lucker y Hugo Banstein a su merced, Kalimán les ordena abordar su propio vehículo para entregarlos a todos a la policía. Los malhechores, Greta Banstein y Kalimán montan al vehículo, y cuando solo falta Solín por abordar, Hugo Banstein empuja sorpresivamente a Kalimán fuera del carro y se lanza a la fuga. Kalimán intenta perseguirlos en el vehículo de Mister X, pero este llama entonces a agentes suyos que operan en Génova y Kalimán pasa de ser perseguidor a ser perseguido. En una maniobra arriesgada el carro de Kalimán termina volcándose, lo que les da a los malhechores una ventaja que prueba ser muy útil.

Dentro del vehículo donde van los malhechores, Mister X le inyecta sorpresivamente un potente narcótico a Greta Banstein y luego se da vuelta y sin ningún preámbulo apuñala a Eva Lucker en el estómago. Cuando llegan a la estación, Hugo Banstein carga a su hija en brazos hasta un tren que tiene como destinación Venecia y Trieste, tanto ellos como Mister X logran huir.

Kalimán y Solín mientras tanto han debido continuar la persecución a pie, y cuando llegan a la estación de tren descubren el cadáver de Eva Lucker en la banca de atrás del vehículo que utilizaron los malhechores. No alcanzan a abordar el tren en el que sus enemigos escapan, pero un empleado de la estación les dice hacia dónde va. Kalimán decide entonces alquilar una avioneta en Génova y volar en ella hasta Venecia, donde él y Solín logran abordar el tren.

Kalimán decide capturar a los malhechores ahora que están confiados de que él les ha perdido la pista, pero cuando llega hasta el vagón donde van descubre que dos guardaespaldas vigilan a la entrada de su compartimiento. Decide entonces atacar a los dos guardias con dardos somníferos, pero antes de que pueda hacerlo es descubierto por un controlador de billetes que resulta no ser otro que Nikolai Dosky, el aliado de Mister X que ha decidido colaborar él mismo con el secuestro de Banstein. Kalimán y Solín tienen que regresar a su vagón sin haber podido lograr su objetivo, y antes de que puedan organizar un plan alternativo de ataque, el tren se detiene en un paraje solitario de las montañas. Mister X, los dos Banstein y Dosky bajan del tren y abordan un vehículo que los espera, y antesde que Kalimán y Solín puedan salir el tren prosigue su marcha.

Kalimán ha perdido la pista de los malhechores, pero espera que en Trieste sus contactos puedan ayudarlo. Los criminales llegan a la ciudad antes que Kalimán y se dirigen directamente a una mansión en los suburbios. Banstein ha tenido oportunidad de conocer mejor a Mister X y a Dosky durante el viaje y decide que no le conviene ponerse en sus manos tan fácilmente; con el beneplácito de su hija Greta les informa a los espías que ha cambiado de opinión y que no irá con ellos a su país. Dosky se burla de él, y pocos segundos después Hugo Banstein cae narcotizado, bajo los efectos de una droga que Dosky había puesto en su café. Luego los espías hurgan entre sus ropas y le quitan su pasaporte, mismo que entregan a uno de sus agentes. Dosky explica sus planes a Mister X y lleva a Greta Banstein a la estación de tren para utilizarla como señuelo para acabar con Kalimán. Mister X se queda con el inconsciente Hugo Banstein, y de pronto sorpresivamente dispara a la cara del agente que tiene el pasaporte del científico. Luego se lleva a Hugo Banstein a un lugar desconocido.

En la estación de tren de Trieste, Dosky y Greta Banstein esperan la llegada del tren donde vienen Kalimán y Solín. Dosky amenaza a Greta con una pistola y le ordena reunirse con Kalimán cuando lo vea y detenerlo frente a la estación por unos minutos, planea acribillarlo desde su auto. Greta hace inicialmente lo que se le ordena, pero cuando está junto a Kalimán le advierte del peligro y los tres logran esquivar las balas que les son disparadas. Dosky huye, y Greta Banstein le dice lo que sabe a Kalimán y lo guía a la mansión donde estuvo antes.

Al llegar a la mansión, Kalimán ordena a Solín quedarse con Greta Banstein en el exterior de la casa, mientras él mismo entra a rescatar al profesor. Sin embargo cuando llega al salón principal de la casa encuentra el cadáver del agente asesinado. Empieza a examinarlo y encuentra el pasaporte de Banstein, pero en ese momento la policía irrumpe en la mansión: todo ha sido una trampa ideada por Dosky para inculpar a Kalimán en el asesinato de quien la policía cree es Hugo Banstein. Mientras tanto, en el exterior Dosky sorprende a Greta y Solín y vuelve a llevarse a Greta Banstein secuestrada. Solín no le interesa al espía, y así el niño escapa y entra a la mansión. El inspector Luigi Sfuoretto de la policía de Trieste asume que Solín es un cómplice del "asesino" de Banstein, y los dos terminan siendo llevados a la jefatura de policía. Sfuoretto afirma que solo muertos podrían escapar de la celda donde piensa encerrarlos.

Efectivamente Kalimán y Solín son encarcelados en una celda de altísima seguridad que ni el mismo Kalimán puede forzar. Sin embargo el tiempo apremia, no pueden dejar que los espías se alejen llevándose a los Banstein, así que Kalimán decide utilizar la idea que el inspector Sfuoretto le dió. Primero dispara un dardo somnífero contra Solín, quien inmediatamente queda como muerto. Luego realiza el experimento de actus mortis, y así cuando Sfuoretto va a la celda a interrogarlos sólo encuentra dos cadáveres que poco después son llevados a la morgue. Allí Kalimán interrumpe el experimento de muerte fingida y llevándose a Solín en brazos escapa por una ventana. Cuando Sfuoretto descubre la que los cuerpos de Kalimán y Solín no están, piensa que por alguna razón misteriosa han sido robados.

Hugo Banstein recupera el conocimiento en un barco anclado en la bahía de Trieste, desde donde no tiene ninguna posibilidad de escapar. Ni Greta Banstein ni Dosky están con él. Se sabe secuestrado por Mister X, y decide que sólo Kalimán podrá ayudarlo. Banstein conoció a Kalimán durante una expedición al Himalaya en la que Kalimán lo acompañó a escalar varios de los altos picos salvándole la vida en más de una ocasión. Durante ese viaje, Kalimán le enseñó a Banstein rudimentos de telepatía, y así ahora que el científico se ve secuestrado y llevado a un país hostil contra su voluntad decide hacer contacto telepático con Kalimán, a quien sabe en Trieste. Intenta realizar varias veces los ejercicios de concentración mental para hacer contacto con Kalimán, pero desafortunadamente lo hace durante el tiempo en el que Kalimán realiza el actus mortis y no puede oír la voz telepática del científico. Banstein no puede impedir que el barco zarpe de Trieste con destinación desconocida.

Kalimán decide pedir ayuda a un viejo amigo suyo que vive en Trieste, un árabe llamado Ahmed. El viejo accede a ayudar a su amigo, y preguntando en el puerto averigua que un hombre de la descripción de Banstein fue llevado incosciente a un yate que esperaba en el puerto. El yate ya ha partido, con destinación a una peligrosa isla en medio del mar Adriático, Kreibá. De Greta Banstein no logra obtener ninguna información. Ahmed siente muchísimo aprecio por Kalimán y le proporciona un barco con el que podrá perseguir a Banstein y a Mister X, pero no puede traer ese barco hasta los muelles de Trieste porque la policía vigila todas las salidas de la ciudad, tanto terrestres como marítimas. Decide dejar el barco a unos 15 kilómetros de Trieste, lejos de la vigilancia de la policía, y luego organiza con un grupo de marinos una trifulca en los muelles para distraer a la policía. Kalimán aprovecha ese momento para saltar a las aguas del puerto de Trieste con el inconsciente Solín en brazos, y llevando a su amigo cargado nada los 15 kilómetros hasta donde está el barco que Ahmed le regaló. El niño recobra el conocimiento a medio camino y puede nadar él mismo parte del trayecto.

Mister X y Hugo Banstein llegan a Kreibá, una isla de la costa dálmata que recientemente ha proclamado su independencia. Nikolai Dosky y Greta Banstein también están allí habiendo volado en un helicóptero desde Trieste, y a Greta Banstein se le ha colocado un brazalete explosivo en el brazo derecho, si no obedece al pie de la letra las órdenes de Dosky y Mister X será asesinada. En el centro de la isla, muy bien camuflado, hay un gigantesco complejo militar vigilado por varios cientos de soldados que cuenta con modernísimos equipos incluyendo un laboratorio que contiene cualquier aparato que Banstein pueda llegar a necesitar. Seis personas de diferentes nacionalidades, la sociedad de Kreibá, financió la construcción del búnker en la isla, y por medio de una potentísima red de espías obtuvo el reconocimiento del país de parte de organismos internacionales. El objetivo que tienen esos seis financieros es estafar a otros gobiernos con amenazas bélicas y obtener de ellos altísimas cantidades de dinero. Pero para eso necesitan a Banstein, necesitan que el científico diseñe para ellos armas que puedan utilizar para atacar ciudades como Londres, Nueva York o Ámsterdam a larga distancia. El rayo láser de Banstein sería perfecto para eso, y tanto Mister X como Dosky se dan a la tarea de convencer al científico de que se convierta en un miembro de la sociedad y colabore voluntariamente con ellos en la elaboración de sus armas. Sorpresivamente Banstein acepta la proposición, recluta a Greta Banstein como su ayudante y empieza la tarea de construir su rayo láser.

Cuando Kalimán y Solín se acercan a la isla son descubiertos por un avión de caza que les dispara y hunde su embarcación. Los dos amigos sobreviven y llegan a nado a las costas de la isla, donde la primera noche duermen escondidos entre la vegetación. Sin embargo al otro día son descubiertos por un guardia quien sin ningún miramiento dispara a quemarropa contra ellos. Kalimán es herido muy gravemente en la cabeza y en un hombro, y amenaza con desangrarse; es llevado junto con Solín a presencia de Mister X, Nikolai Dosky y Hugo Banstein. El científico decide salvar la vida de Kalimán, quiere tener la posibilidad de humillarlo y para eso lo necesita vivo. Dosky y Mister X acceden a esto a regañadientes, siempre y cuando Banstein asuma la responsabilidad de lo que pueda pasar. La operación es un éxito, y para su recuperación Kalimán es encarcelado en un calabozo a prueba de fugas, sin ventanas y separado por un grueso cristal de una doble puerta. Solín también es encarcelado, pero en un sitio distinto.

Kalimán pasa 11 días sin comer, y cada media hora un ruido ensordecedor ataca su cerebro. Mientras tanto, los Banstein trabajan febrilmente en la elaboración del rayo láser, Greta obligada a ello por su padre. En un par de ocasiones Greta visita a Solín para darle ánimos y para llevarle vitaminas y suplementos alimentarios, tampoco a Solín se le está dando mucha comida. A pesar de la falta de comida Kalimán se recupera lo suficiente para efectuar un experimento de desdoblamiento corporal, durante el cual se hace una idea del tamaño y la organización del refugio de Kreibá. Luego visita a Solín para darle ánimos, y por último el laboratorio donde trabajan los Banstein. Ambos científicos "sienten" la presencia de Kalimán, y Hugo Banstein, preocupado, decide ir a la celda donde está su enemigo para revisar que todo esté bien. Allí encuentra a Kalimán, quien ha terminado su experimento y quien le dice a Banstein que al otro día ya habrá escapado.

Al otro día Banstein regresa al calabozo de Kalimán a revisar si él todavía está ahí. Efectivamente, Kalimán está todavía encerrado, pero ha hecho un charco de agua que pasa debajo de la pantalla de vidrio. Además ha desarmado una de las lámparas que iluminan su celda. Banstein se para en el charco y Kalimán logra que Banstein reciba una fuerte descarga eléctrica usando los cables eléctricos de la lámpara que ha desarmado. Kalimán obliga entonces al científico a activar el mecanismo que eleva la puerta de vidrio, toma a Banstein prisionero, y lo obliga a guiarlo a la oficina de Nikolai Dosky.

Allí encuentra a Mister X además de Dosky y logra capturar a los tres hombres. Pregunta por Solín, pero Dosky le dice que el niño ha sido puesto en una embarcación que deriva a muchos kilómetros de la isla que los miembros de la sociedad quieren usar para ensayar la puntería del rayo láser de Banstein. Luego hace llamar a Greta Banstein, quien es liberada del brazalete explosivo que la mantenía prisionera; Kalimán la encarga entonces de regresar al laboratorio y sabotear el rayo láser, algo que ella accede a hacer gustosa a pesar de las vehementes protestas de su padre. Para neutralizar el ejército que hay en la isla, Kalimán fuerza a Dosky a enviar un mensaje ordenándoles a todos los hombres de la isla concentrarse desarmados en un salón. Los hombres del ejército de Kreibá se extrañan por la peculiar orden, pero terminan obedeciendo.

Kalimán encierra entonces a Mister X y a Hugo Banstein en un cuarto y obliga a Dosky a llamar a los otros miembros de la sociedad de Kreibá y pedirles que asistan a una reunión urgente. Entra con Dosky a un salón donde encuentra cuatro figuras encapuchadas, pero cuando se dispone a desenmascarar a una de ellas descubre que todo ha sido una trampa de Dosky, las figuras enmascaradas son en realidad robots. El salón se llena de pronto de un gas anestesiante y Kalimán cae sin sentido. Dosky escapa y libera a sus cómplices y a su ejército, y Banstein va inmediatamente al laboratorio a impedir que su hija destruya el rayo láser. Luego Solín es llevado a la habitación donde está Kalimán, que estuviera en alta mar resulta ser una mentira.

Dosky informa a Kalimán que los miembros de la sociedad de Kreibá sí se encuentran en la isla, han venido a presenciar la primera prueba de la eficacia del rayo láser. Dosky decide que la mejor manera de acabar con Kalimán es que sea fulminado por ese rayo láser, y ahora sí lo pone a él y a Solín atados de pies y manos en una embarcación que va a ser utilizada como blanco del arma a 200 kilómetros de las costas de Kreibá. Un hidroavión es enviado a presenciar lo que va a ocurrir con la barcaza.

Kalimán logra librarse de sus ataduras, y momentos antes de que su embarcación sea alcanzada por el rayo láser él y Solín saltan al mar. El barco en el que viajaban es alcanzado de lleno por el rayo láser y salta en mil pedazos. El piloto del hidroavión es testigo de todo y descubre los cuerpos de Kalimán y Solín flotando en el agua pero completos. Dosky le ordena por radio al piloto del hidroavión amarizar y comprobar que Kalimán y Solín sí estén muertos, pero cuando tiene al avión a su alcance Kalimán ataca al piloto y se hace con el aparato. Kalimán y Solín montan al hidroavión y regresan a Kreibá, y Kalimán decide usar el avión como arma, lo enfila hacia el polvorín del refugio y momentos antes de que el avión se estrelle él y Solín se lanzan al mar.

El avión de Kalimán da de lleno en el polvorín del refugio, y una serie de explosiones sacuden la isla. Las paredes del refugio empiezan a derrumbarse, y Nikolai Dosky, Mister X y los otros cuatro miembros de la sociedad de Kreibá, al igual que muchos guardias y científicos mueren sepultados por toneladas de escombros. Kalimán y Solín logran llegar a nado al refugio y entran a buscar a los Banstein. Los encuentran en las ruinas del laboratorio de Kreibá, pero Hugo Banstein parece haber enloquecido y dispara febrilmente contra Kalimán. No logra hacer blanco, y antes de que Kalimán pueda capturarlo y ante la mirada horrorizada de Greta el techo del laboratorio se desploma y sepulta al científico, matándolo. Kalimán, Solín y Greta Banstein logran salir con vida de las ruinas del refugio.

NÚMERO DE EPISODIOS[]

170

BITÁCORA[]

Los episodios de las radionovelas de Kalimán no fueron numerados originalmente. Si te interesa saber el número de un episodio en particular de la radionovela, puedes comparar la primera frase del episodio que te interesa con la bitácora que reproducimos aquí.

CREADORES[]

  • Original de
    • Rafael Navarro Huerta
    • Modesto Vázquez González
  • Libreto
    • Héctor González Dueñas (Víctor Fox)
  • Tornamesa
    • Juan Gerardo Moreno
  • Consola
    • José Antonio Macías
  • Efectos Físicos
    • Raúl Martín
  • Edición
    • Jorge Alonso
  • Realización
    • Grabadora México
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