| Ectoplasmas | |
| Aventura | El Terror Invisible |
| Nombre Real | Inaplicable |
| Nacionalidad | Inaplicable |
| Primera Aparición | TI024 |
| Última Aparición | TI141 |
| Interpretado por | referidos en la narración |
Los ectoplasmas son los villanos a los que se refiere el nombre de la aventura "El Terror Invisible". "Ectoplasmas" es el nombre que el profesor Jan Dracma le da a seres extraterrestres que primero Dracma mismo y años después varios otros científicos descubren en naves espaciales en el espacio exterior no lejos de la Tierra. A lo largo de muchos años Dracma y su ayudante Frida desarrollan la manera de comunicarse con los ectoplasmas a través de una máquina que llaman el oscilador del espacio, y Dracma se entera que son oriundos de un planeta lejano en peligro de ser destruido; quieren llegar a la Tierra para apoderarse de ella y trasplantar su civilización a este planeta. Los ectoplasmas son seres sin forma definida y aproximadamente del tamaño de un puño humano. A simple vista son invisibles al ojo humano, pero se pueden ver si son iluminados con rayos infrarrojos; este es el origen de otro apodo que Dracma le da a su civilización: el Terror Invisible. Son además altamente inteligentes, y a través del oscilador del espacio le transmiten a Dracma una serie de conocimientos científicos que hacen de él uno de los científicos más exitosos y más conocidos del mundo. Cuando Dracma se entera de los planes de los ectoplasmas decide aliarse con ellos a cambio de ventajas una vez la Tierra sea conquistada: Dracma desdeña profundamente a la raza humana y considera que la Tierra estaría mejor siendo gobernada por ectoplasmas y por las máquinas que ellos y él mismo crearían. La atmósfera terrestre es venenosa para los ectoplasmas, y así la manera que ellos han diseñado para sobrevivir en la Tierra es en el interior de cuerpos humanos: ectoplasmas tienen la capacidad de introducirse en el cuerpo de un ser humano a través de la vena yugular y apoderarse de la voluntad de sus víctimas; el único rastro del proceso de "infección" es un lunar que le dejan a sus víctimas en el cuello. A lo largo de la aventura ocho personas son invadidas de esta manera por ectoplasmas: el Coronel Lewis, jefe de seguridad de la CIFE, la Comisión para la Investigación de Fenómenos del Espacio, el general Douglas Smith, comandante en jefe de las fuerzas armadas de los Estados Unidos, y seis científicos a quienes Dracma invita a sus laboratorios y luego secuestra y congela; muchos meses después una nave de vanguardia de la flota de los ectoplasmas llega a la Tierra y Dracma descongela a los científicos para ofrecérselos a los tripulantes de esa nave. Desafortunadamente para los ectoplasmas los cuerpos humanos no resultan ser completamente compatibles con una infección por ellos, y luego de varios días empiezan a mostrar decoloraciones y deformaciones. Dracma sin embargo desarrolla un método que utiliza transfusiones de sangre humana y complicados tratamientos a base de rayos infrarrojos que curan temporalmente a los seres humanos infectados.
Durante las semanas previas a la invasión, Douglas Smith obtiene planos secretos que detallan los sistemas de defensa y de misiles nucleares del gobierno de los Estados Unidos y se los transmite a través de Dracma a los ectoplasmas. Eventualmente los altos mandos de la flotilla de naves espaciales de los ectoplasmas decide la fecha de la invasión y se la comunica a Dracma, y este se comunica con los seis científicos poseídos por ectoplasmas para que saboteen ejércitos en los cinco continentes del mundo y causen desastres aparentemente naturales que distraigan su atención; la idea es que así no repararán en las naves espaciales que se aproximan y los ectoplasmas podrán poseer centenares de cuerpos humanos sin ser detectados. Los planes de Dracma y de los ectoplasmas del Terror Invisible se vienen abajo a causa de la intervención de un solo hombre, el profesor Daniel Ventura, un antiguo colega de Dracma que asesina al profesor minutos antes de que este pueda avisarles a los ectoplasmas que todos los preparativos a su llegada han sido llevados a cabo. Sin este aviso los ectoplasmas no pueden estar seguros de que las defensas de la Tierra han sido neutralizadas y no se atreven a autorizar la invasión, y cuando Ventura destruye además el único oscilador del espacio existente en el mundo pierden además el único modo que tienen de comunicarse con la Tierra. La flotilla de ectoplasmas no tiene entonces otra alternativa que regresar a su propio mundo. Lewis, Smith y los seis científicos habitados por ectoplasmas se denuncian a si mismos con los actos de sabotaje que cometen el día de la invasión, y eventualmente Ventura, su hija Silvia y Kalimán declaran en su contra y revelan el complot de Dracma. Sin embargo Kalimán no cree que vayan a sobrivivir mucho tiempo: faltando Dracma no hay nadie que conozca lo suficiente acerca de su fisiología para contrarrestar las deformaciones que ectoplasmas causan en cuerpos humanos.